En Venezuela y Cuba el hambre no permite cumplir la cuarentena

Dada la crisis económica en Cuba y Venezuela, las cuarentenas son difíciles de cumplir pues las personas deben a salir a la calle a buscar alimentos
Actividad comercial cerca del mercado de Catia, en Caracas. Efe
 

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En Venezuela la cuarentena se cumple a medias, el hambre y la falta de gasolina no permite que sus habitantes permanezcan en sus hogares, como es la sugerencia de la Organización Mundial de la Salud. Venezuela y Cuba comparten la misma historia.

Desde el 13 de marzo Venezuela se encuentra en estado de alarma, una orden firmada por Nicolás Maduro a través del decreto N° 4.160, para evitar la propagación de la pandemia que hasta este 15 de abril ya ha contagiado a 197 ciudadanos y le ha causado la muerte a nueve personas, según datos oficiales.

A pesar de la orden oficial, practicar confinamiento obligatorio en un país donde la inseguridad alimentaria arropa a un tercio de la población, según el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas no es sencillo.

Los sectores más pobres desde el pasado 16 de marzo, fecha en que se ordenó cuarentena colectiva, no la han cumplido a cabalidad. En Catia, Coche, y Petare, zonas de clase baja en Caracas, siguen con sus calles llenas de gente que solo tienen la meta de resolver la compra diaria, pues no tienen el dinero suficiente para adquirir productos de la cesta básica para varios días.

Wilbert Flores, quien sale de su vivienda con frecuencia para ir a la clínica en la que trabaja como personal administrativo, ofrece un panorama de cómo se ve Caracas, pues ha ido a Catia a comprar comida porque es más económica.

 

 

“Hace unos días pasé por Catia, porque salí de la clínica luego de cumplir mi guardia y me fui al mercado a comprar harina y azúcar porque siempre ha sido más barata. A mí me habían dicho que todo estaba normal, pero no lo creía. Y sí, me fui en el Metro, salí de la estación y eso está normal, el comercio tiene mucho movimiento, y la gente sin tapabocas, no cumplen con el distanciamiento social. Yo me devolví, no compré nada porque me dio miedo”, indicó Flores.

Así es la realidad de Catia, Petare y Coche, pero también de otras zonas del municipio Libertador, gobernando por la alcalde oficialista Erika Farías, como Ruiz Pineda, Las Adjuntas, Macarao, Antímano, Carapita, donde según denuncia de sus moradores, no se ha tomado conciencia de la importancia del aislamiento para bajar la línea de los contagios.

Y aunque las personas entienden que no todos tienen para comprar comida para una semana, indican que les preocupan que los que salen diariamente se agrupan en calles y mercados sin cumplir con el distanciamiento de un metro.

También detallan otra realidad: hay ciudadanos que no salen por necesidad, sino se reúnen en plazas y esquinas para compartir, como si se estuviese en período vacacional.

En Caracas los policías han logrado imponer un control estricto en los sectores de clase media, media baja, y alta de Caracas, sitios que desde el primer día de cuarentena han tenido sus calles desoladas, y plazas vacías.

 

 

La gente solo se ve en supermercados y panaderías, y cada comprador, con sus respectivos guantes y tapabocas, tienen un metro de separación con su vecino, como ordenó Nicolás Maduro.

Funcionarios policiales indicaron a ADN Cuba que el aislamiento social es un asunto de conciencia ciudadana, porque ellos no tienen la capacidad de estar diariamente diciéndole a las comunidades que respeten la distancia, que se cuiden, que han buen uso del tapabocas. Indican que tampoco pueden hacer detenciones porque en el país no hay toque de queda “y en Venezuela no es delito salir a la calle”, como lo indicó un uniformado.

Otro factor además de la falta de ingresos que no le permite a muchos cumplir la cuarentena se suma una fuerte escasez de gasolina, pues los inventarios nacionales están en mínimos y las importaciones están estancadas. Sólo vehículos oficiales, con pocas excepciones, está autorizados a surtir 20 litros de combustible.

Esto ha hecho que productores del campo denuncien que han perdido cosechas y litros de leche o kilos de carne, debido a que no han tenido cómo llevarlas a las ciudades.

 

 

El personal sanitario ha reclamado no tener el combustible para ir a los hospitales, y pacientes no siempre tienen cómo llegar a los centros de salud. Productores, médicos, enfermeros, más ciudadanos que necesitan gasolina para movilizarse pasan día y noche en cola para lograr surtirse de combustible, hay unos que se bajan de sus vehículos, se reúnen e incumplen con el aislamiento.

 

PARA LOS CUBANOS Y VENEZOLANOS LA CUARENTENA ES UN “LUJO” QUE NO SE PUEDEN DAR

Cuba al igual que Venezuela padece de una economía donde la escasez de alimentos y productos de primera necesidad es el pan de cada día. Los cubanos al igual que los venezolanos no pueden llevar correctamente el aislamiento, pues deben salir a buscar el sustento casi a diario.

Esta realidad ha hecho que el régimen cubano, a través de la televisión estatal, critique a sus ciudadanos y los tilde de irrespetar las medidas de distanciamiento social impulsadas en la Isla para intentar atajar el coronavirus.

 

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