Emma Burkey, de 18 años de Nevada, comenzó a sentirse enferma aproximadamente una semana después de recibir una dosis de la vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson.
Bret Johnson, portavoz de la familia, dijo que la joven sufrió convulsiones y tuvo que ser sometida a tres cirugías cerebrales relacionadas con coágulos de sangre.
Burkey sería una de las seis mujeres en Estados Unidos y la única residente del condado de Clark, que experimentó graves coagulaciones de sangre luego de la vacuna de J&J.
Según las autoridades de salud, una persona falleció por complicaciones después de ser inmunizada por la vacuna de la farmacéutica.
La joven estaba siendo tratada en el Hospital St. Rose Dominican en Henderson, pero tuvo que ser trasladada en avión al Centro Médico de la Universidad de Loma Linda, en el sur de California, en donde recibe atención especializada.
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Burkey estuvo en coma inducido y con un respirador artificial, informó Las Vegas Review-Journal.
Debido a las restricciones por el COVID-19, los padres de la joven, Russ y Kathy, solo han podido visitar a su hija brevemente todos los días.
“Está mejorando lentamente”, afirmó Johnson. “La palabra que recibimos de sus padres anoche fue 'lentamente, lentamente, lentamente'”.
Investigación de la vacuna de J&J
El 13 de abril, las autoridades federales de Estados Unidos, recomendaron suspender la administración de la vacuna desarrollada por Johnson & Johnson, con el fin de investigar los casos de coágulos de sangre que han registrado en el país.
La investigación se ha basado en saber si la vacuna podría ser la causa de los coágulos de sangre en las mujeres, o si los proveedores deben estar al tanto de condiciones preexistentes o los medicamentos que podrían provocar complicaciones.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dijeron que las mujeres experimentaron dolores de cabeza y de espalda antes de que comenzara la formación de los coágulos de sangre.
Aunque Burkey recibió heparina, un anticoagulante, un panel de los CDC y el Dr. Anthony Fauci, primer epidemiólogo de Estados Unidos, dijeron que los anticoagulantes pueden empeorar la afección.