Estados Unidos superó este martes el millón de contagios por coronavirus, un tercio del total mundial, mientras el presidente Donald Trump prohibía cerrar a las plantas procesadoras de carne y se planteaba exigir test de COVID-19 a los viajeros procedentes de Latinoamérica.
A las 18:00 GMT, el número de contagios detectados en EE. UU. alcanzó los 1.002.498, un tercio de los más de tres millones de casos confirmados en todo el mundo, según el recuento extraoficial de la Universidad Johns Hopkins.
Estados Unidos tiene además casi el cuátriple de casos de coronavirus que el segundo país con más contagios del mundo, España, que suma más de 232.000.
De hecho, el país norteamericano cuenta con más infecciones confirmadas que las otras cinco naciones con más casos de COVID-19 juntas ―España, Italia, Francia, Alemania y el Reino Unido―, de acuerdo con las cifras de Johns Hopkins.
Más muertes de las esperadas
El dato, que se esperaba desde hace días, es una prueba contundente del devastador impacto de la enfermedad en el país, donde los gobernadores de algunos estados han empezado a reabrir negocios en un intento de volver a la normalidad mientras otros exigen un aumento en el número de test disponibles para hacerlo.
Con la nueva cifra también llegaron nuevas proyecciones sobre el balance de muertos que dejará el COVID-19, que por ahora ha costado la vida a más de 57.200 personas en Estados Unidos, más del doble que en España.
La Universidad de Washington, en cuyos cálculos se ha basado la Casa Blanca para predecir la trayectoria de la pandemia, actualizó a última hora del lunes su estudio y pronosticó que la enfermedad costará la vida a más de 74.000 estadounidenses para principios de agosto, frente a las más de 67.000 que esperaba hasta ahora.
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Trump dijo este lunes que el número de muertes final se situaría probablemente "entre las 60.000 y las 70.000", una cifra que algunos expertos consideran aún demasiado baja si se tiene en cuenta que el país sigue registrando más de 1.000 fallecimientos al día.
El mandatario volvió a negar este martes que su respuesta a la crisis fuera tardía, después de que el Washington Post informara de que, en enero y febrero, más de una docena de los informes de inteligencia que recibe varias veces a la semana le alertaron del riesgo que el coronavirus presentaba para el país.
"Tendría que revisar las fechas (en las que recibí esos informes), pero ya fuera por suerte, talento u otras cosas, salvamos muchos miles de vidas", afirmó Trump durante una reunión en el Despacho Oval con el gobernador de Florida, Ron De Santis.
El suministro de carne, primordial
En ese encuentro, Trump adelantó que pronto firmará un decreto para proteger el suministro de carne en el país, dos días después de que una de las mayores firmas del sector, Tyson Foods, alertara de que "millones de libras de carne" iban a desaparecer de la cadena alimentiria debido a los cierres de plantas procesadoras.
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El mandatario planea emitir, probablemente este mismo martes, una orden para que las plantas productoras y procesadoras de carne se mantengan abiertas, indicó a EFE una persona familiarizada con el contenido del decreto.
Recurriendo a la Ley de Producción de Defensa de EE. UU., que permite al Gobierno intervenir en la cadena de producción en tiempos de crisis, Trump declarará que esas empresas son una infraestructura crítica y les dará recursos y equipos de protección para que continúen trabajando, explicó la fuente.
La semana pasada, Tyson Foods cerró dos plantas de carne de cerdo en Iowa e Indiana para que sus trabajadores pudieran hacerse la prueba del coronavirus, tras confirmarse al menos 182 casos de la enfermedad entre los empleados de la primera de esas plantas.