La Habana: miles de familias se quedan sin “mandados” por problemas con digitalización de libreta de racionamiento

Miles de familias de La Habana se quedaron fuera del sistema automatizado de compras que está implementando el régimen cubano a partir de la digitalización de la libreta de racionamiento.

Según una nota publicada en el periódico estatal Tribuna de La Habana, en total fueron 5 300 los núcleos familiares que desaparecieron en días pasados del sistema, que, ante la escasez general, está siendo utilizado para vender no solo los víveres racionados de las bodegas estatales, sino también los productos situados en las cadenas de tiendas Cimex y Caribe. Estos núcleos no fueron incluidos en la lista digitalizada para expedir boletos de compra.

Las cifras fueron ofrecidas a la periodista y profesora Iraida Calzadilla por Gleni González Almaguer, directora de la Dirección Provincial de Comercio, ante una denuncia pública en Facebook.

“Están identificados alrededor de 5 300 núcleos perjudicados, al no hallarse digitalizados y, por tanto, no haber adquirido ese ciclo [de venta de productos]. Significan menos del 20 por ciento de los registrados en la capital. La denuncia de los hechos la han realizado más de 2 000 consumidores”, confirmó Calzadilla.

Los municipios más afectados son Cerro y Diez de Octubre. Según la nota del periódico estatal, “la distribución del segundo ciclo perdido ya comenzó en el municipio de Plaza de la Revolución”.

La fallida digitalización se hizo a través de un software de la Empresa de Tecnologías de la Información para la Defensa (Xetid). En noviembre de 2022 se anunció que las autoridades estaban instalando el sistema informático Oregui en todas las Oficinas de Registro de Consumidores, conocidas como Oficodas.

Con Xetid y otros organismos implicados, entre los que se incluye Comercio, “se realizará una evaluación integral para depurar responsabilidades en esta situación adversa ocurrida en la capital”, aseguró la funcionaria en la nota de Tribuna de La Habana.

Con el despliegue de Oregui, el régimen busca evitar que las personas compren más alimentos y productos básicos subsidiados por el Estado de los que los que les corresponden.

En medio de la aguda crisis económica y el desabastecimiento de productos de todo tipo, informatizar el sistema de la libreta de racionamiento, un documento vigente desde 1962, se ha convertido en una obsesión del régimen comunista. De esta manera esperan lograr que los cubanos no continúen comprando la canasta básica que les correspondía a los familiares que salieron del país o fallecieron.

A finales del pasado enero, autoridades de las Tiendas Caribe afirmaron que controlarían que en las libretas no existieran “fallecidos, presos o residentes en el exterior” registrados, con vistas a la venta de los llamados “módulos”.

Yamilé Álvarez Trejo, jefa del departamento comercial de Tiendas Caribe, aseguró al medio oficialista Cubadebate que, junto a la dirección de Comercio de la capital cubana, revisaron el registro de consumidores para confirmar el “número real” de personas en un núcleo.