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Autoridades confirman estafa en Cuba usando la marca “Ceballos”

"Es escasísima la observancia de las autoridades locales, que permiten las ventas directas de productos sin exigir documentos”, aseguran desde el oficialismo

Actualizado: Wed, 03/08/2023 - 09:56

Arliety Gutiérrez Pérez, directora de la Comercializadora de la Agroindustrial Ceballos, confirmó a la prensa oficialista de Ciego de Ávila que están estafando en la isla con las latas de puré de tomate utilizando la marca de esa conocida entidad productora de conservas.

A inicios de febrero el periodista independiente Amilcar Melián Jr. publicó un escrito en Facebook en el que aseguraba que, en la capital santiaguera, le habían vendido una lata de puré de tomate a 600 pesos cubanos que tenía sabor a frutabomba.

Melián detalló entonces que “el contenido” de la lata “es rojo, pero no es espeso” y sabe a frutabomba con algo picante, que indicaría que cualquier cosa que fuera ya estaba “a punto de echarse a perder”.

Tras la denuncia pública, la prensa avileña reaccionó. Según el periódico Invasor de Ciego de Ávila, “con el supuesto número de lote y folio, y la fecha de fabricación en su poder, la directiva puso en entredicho, de inmediato, la veracidad del producto”.

Explicaron que la numeración del lote y del folio era apenas un garabato ininteligible y que la serie de la etiqueta llegaba solo hasta el 2017. Además, la funcionaria aseguró que, con la producción tan baja de los últimos años, con déficit de latas, era imposible que el producto se estuviera vendiendo en Santiago de Cuba.

“El auge de la marca DCballos y su presencia en casi todo el país antes de la COVID-19, fue aprovechado por elementos inescrupulosos que han introducido un producto que no es nuestro con nuestra marca comercial. No es la primera vez que la Empresa Agroindustrial Ceballos se ve envuelta en una situación de plagio”, declaró Gutiérrez Pérez.

Al respecto, la reportera Sayli Sosa insistió en que es “escasísima la observancia de las autoridades locales, que permiten las ventas directas de productos sin exigir documentos mínimos, como facturas, declaración de conformidad o lugar de procedencia”.

Asimismo aseguró que, en casos como el denunciado, queda “en entredicho el prestigio de una empresa avileña cuya marca comercial funge casi como denominación de origen para la provincia. No son pocas cosas a salvaguardar”.