Familiares piden justicia tras tiroteo mortal al noroeste de Miami-Dade

Una de las víctimas del tiroteo afirmó que los sospechosos llegaron y simplemente "empezaron a disparar contra la multitud"
Escena del crimen tras tiroteo en un local de Miami-Dade
 

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La familia de uno de los dos muertos en el fatal tiroteo al noroeste del condado de Miami-Dade, está exigiendo respuestas con respecto a lo sucedido.

El padre de Clayton Dillard lll, una de las víctimas mortales, le pidió a la policía que lo dejara ver el cuerpo de su hijo cubierto por una lona el día domingo tras el tiroteo que hirió a 25 personas.

La policía le aclaró a la familia de Dillard que no se podía remover una escena de investigación activa; el cuerpo de la víctima permaneció a 90° durante casi 18 horas mientras se hacían los estudios correspondientes.

El Cuerpo de Bomberos de Miami-Dade se encargó de trasladar a ocho víctimas de disparos a las salas de emergencias poco después de la medianoche.

Otras víctimas, lograron ir por sí solas a las salas de emergencia en los condados de Miami-Dade y Broward, lo que dificultó el canteó de heridos por parte de la policía.

Ocho víctimas fueron trasladadas al Jackson Memorial Hospital, de las cuales una había sido dada de alta el domingo al amanecer.

Siete llegaron a la sala de emergencias del Palmetto General Hospital y una de ellas se encuentra en estado crítico.

Cinco de las víctimas fueron recibidas en el Memorial Regional Hospital en Hollywood y dos de ellas se encuentran en estado crítico.

Muchos de los familiares han estado esperando nuevas respuestas sobre sus seres queridos. “Uno nunca sabe lo que es hasta que le quitan algo”, afirmó Chad Harris, madre de una herida de 19 años que recibió un disparo.

“Ella está en cirugía ahora. Solo estamos rezando. Rezando por todas las víctimas, rezando por todas las familias", continuó Harris.

Por otro lado, Angélica Green, madre de un herido de 24 años que recibió un tiro en el estómago, confirmó que su hijo lo llamó al momento de ser disparado.

“Nos llamó frenéticos, diciendo que le habían disparado, que le duele y que nos ama”, indicó Green. “Mi esposo le dijo: 'No, quédate con nosotros'”.

Según el hijo de Green, los sospechosos llegaron con pasamontañas y sudadera con capucha y, simplemente, “empezaron a disparar contra la multitud”.

 

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