Senador Rubio envía carta a presidente de Miami Marlins en apoyo al exilio

El senador Marco Rubio envió este jueves una carta a Bruce Sherman, presidente y propietario mayoritario de los Miami Marlins, para expresar su preocupación por el acoso recibido por la comunidad cubanoamericana del exilio en el estadio de béisbol LoanDepot Park, durante la semifinal Cuba-Estados Unidos del V Clásico Mundial.

De acuerdo con la oficina del senador de Florida, el pasado domingo “múltiples cubanoamericanos fueron víctimas de acoso y censura por parte del personal de seguridad del LoanDepot Park, hogar de los Miami Marlins”, cuyas instalaciones fueron construidas y son mantenidas “en gran parte con dinero de los contribuyentes”.

Antes del partido, la directiva de los Marlins de Miami aseguró que no habría restricciones a la libertad de expresión “que exigía la Federación Cubana de Béisbol”, dijo Rubio. “Sin embargo, su franquicia no cumplió dicho compromiso”, agregó el senador en su misiva a Sherman.

La cancillería del régimen cubano confirmó esta semana sus intentos previos de censurar a los exiliados, al admitir en un comunicado que había “alertado al gobierno de Estados Unidos con tiempo suficiente, a través de canales diplomáticos, sobre las amenazas públicas y abiertas” antes del juego de béisbol.

Marco Rubio denunció en su carta que “cuando se abrieron las puertas del estadio, su personal de seguridad les negó la entrada a los espectadores que vestían camisetas con mensajes en apoyo a la libertad de Cuba y/o en contra del régimen, alegando que no se permitirían 'mensajes políticos'”, pero que tras “la indignación pública generalizada en las redes sociales, la seguridad del estadio cedió y comenzó a permitir la entrada de los espectadores, afirmando que se debió a una falta de comunicación”.

Este fue el caso, entre otros, del comunicador independiente y expreso político Esteban Rodríguez, y del activista exiliado Ramón Saúl Sánchez, quienes se arrodillaron fuera del estadio en protesta porque en un primer momento no les permitían entrar.

Los incidentes no se limitaron al exterior del LoanDepot Park. Durante el juego, manifestó Rubio, “los altos directivos de su franquicia estaban señalando a espectadores específicos. Inexcusablemente, su personal de seguridad empleó tácticas que uno esperaría en Cuba, no en los EE.UU.”

Marco Rubio señaló a Sherman que “el personal de seguridad contratado, que opera bajo la supervisión directa y la supervisión personal de algunos de los ejecutivos de más alto rango de su franquicia, se enfocaron específicamente en los espectadores que eran visibles en la transmisión de televisión, especialmente aquellos sentados detrás de la base del bateador”.

Según el senador republicano, los empleados de seguridad del estadio “entre otras cosas, intentaron expulsar a la hija de un activista asesinado por el régimen castrista por el simple hecho de sostener un cartel a favor de la democracia”.

Rubio comunicó al presidente de los Marlins que “su personal de seguridad se sentó junto a los espectadores en las dos primeras filas y los hostigó durante toda la noche por las camisetas anti-régimen cubano que vestían y los carteles pro-libertad que tenían en sus manos, claramente visible para la audiencia mundial”.

Entre las acciones de mayor repercusión, estuvieron las del artista Danilo Maldonado (“El Sexto”), el escritor Carlos Manuel Álvarez y el activista Antonio Fernández, miembro del Foro Antitotalitario Unido (Fantu), quienes fueron detenidos abruptamente cuando se lanzaron al terreno por separado para manifestarse. Luego pasaron la noche presos en la cárcel de TGK del Condado Miami-Dade y fueron excarcelados el lunes tras pagar una fianza.

“La policía quería soltarme, pero el representante del estadio decía que él estaba presentando un cargo de trespassing [allanamiento], de 1000 la fianza, porque tengo que estar presentándome a Corte cuando ellos me digan”, dijo Maldonado luego, en declaraciones a Radio Televisión Martí.

El senador cubanoamericano calificó los incidentes de censura que involucraron al personal del LoanDepot Park como “acciones atroces” en “una ciudad donde un porcentaje sustancial de su base de fanáticos no solo son víctimas de la tiranía que su franquicia buscaba apaciguar, sino también donde los mismos contribuyentes fueron los que financiaron el estadio en el que juega su equipo”.