Papa Francisco criticado por renovar acuerdo con Beijing cuando se reabre el caso del cardenal Zen

El Papa Francisco fue criticado por renovar un controvertido acuerdo con China, en virtud del cual reconocería a los obispos designados por Beijing, pocos días antes de que se reanudara el juicio del cardenal Joseph Zen Ze-kiun en Hong Kong.

La Santa Sede anunció que renovó el acuerdo el mismo día en que el presidente chino, Xi Jinping, consolidó el poder en el 20º Congreso del Partido Comunista Chino, informa The Times de Londres.

Bajo el comunismo, los católicos chinos están divididos entre una iglesia clandestina que jura lealtad al Vaticano y la Asociación Patriótica Católica patrocinada por el estado.

Zen, quien fue arrestado en mayo por administrar un fondo legal para activistas a favor de la democracia, acusó al Vaticano de traicionar a los católicos clandestinos en el continente.

“Están [enviando] el rebaño a la boca de los lobos. Es una traición increíble”, dijo en ese momento.

El juicio de Zen se reanudó el miércoles, donde se redujeron los cargos en su contra por trabajar para agentes extranjeros por no registrar una organización benéfica.

Bernardo Cervellera, sacerdote misionero radicado en Taiwán y exdirector de la agencia Asian News del Vaticano, dijo que el PCCh estaba usando los términos secretos del acuerdo para presionar a los católicos chinos a aceptar la influencia del gobierno en los asuntos de la iglesia.

“La iglesia clandestina está bajo una gran presión. Los sacerdotes se han ido a trabajar en fábricas o como agricultores porque no quieren firmar un acto de sumisión al régimen”, dijo Cervellera a The Times.

Continuó: “Muchos de los obispos de la iglesia clandestina están bajo arresto domiciliario, bajo vigilancia las 24 horas o en prisión. Ha habido apenas cuatro nuevos obispos y el país necesita 40. El problema es que los miembros de la iglesia clandestina tienen que declarar su apoyo al socialismo, al Partido Comunista ya Xi. La iglesia clandestina lo está encontrando muy difícil. Hay respeto por el Papa pero mucho sufrimiento”.

El Vaticano ha defendido que el acuerdo abre una vía para entablar un diálogo directo con China sobre el papel de la iglesia allí.

Cervellera estuvo de acuerdo y agregó: “Creo que el Papa no quiere ser aplastado entre [Estados Unidos y China] o que la iglesia sea vista como occidental, lo cual no es. Quiere tener las manos libres para una posible mediación”.

Michael Sheridan, un antiguo corresponsal en el Lejano Oriente de The Sunday Times, dijo que Francisco aprovechó al máximo una mano débil.

“El Papa tiene un dilema porque China practica la diplomacia de rehenes y el Vaticano tiene poco poder de negociación”, dijo. “La iglesia piensa a largo plazo y tiene que tener en cuenta a todo su rebaño chino. A veces el silencio es su única arma”.