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El Papa y El Ñame

¿Qué fue a buscar El Ñame con corbata de Cuba con El Papa? ¿Qué obliga a un tubérculo semejante a mudarse de cantero?

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Papa y Díaz-Canel en Vaticano
Armando Tejuca | Papa y Díaz-Canel en Vaticano

Actualizado: June 23, 2023 9:44am

Es cierto que el cantero donde se da El Papa es más rico y fértil que la isla que pretende administrar El Ñame, pero entre las ruinas de Roma y La Habana en ruinas hay poca diferencia. Bueno, solo las historias que representan. Como que en Roma hubo muchos emperadores y Cuba ha sufrido y sufre innumerables emperadores, desde Fifo I, el peor de todos.

¿Iría Díaz-Canel a buscar la bendición de Jorge Mario Bergoglio, alias el Papa o Francisco, e incluso el Papa Francisco o Papa Pancho (por mí sería desde hace mucho tiempo Papanatas, sencillamente)? Ver a Bergoglio es ver, no al representante de Jesús, sino al de Judas. Un terrícola que no es amigo de los pobres, sino de los que hacen pobres a los seres humanos. El que pega sus cachetes a los cacheticos de los miserables que torturan y ofenden. Los que olvidan la pobreza de este mundo y siguen pidiendo solidaridad y perdón, o mejor que perdón, que los excusen y le permitan seguir haciéndolo.

Y ahora El Ñame acudió a juntarse con El Papa. Lo veo, con la Machi del brazo, que desde que se enteró de que el Vaticano quedaba en Italia se antojó de viajar con él para comer pizzas. Van atravesando el Vaticano, mirando hacia el techo, para deleitarse con las pinturas de Miguel Ángel (que están en la Capilla Sixtina), pero ellos no saben ese dato. Y, mientras avanzan, también miran a los lados, hurgando con mirada penetrante los rincones, las esquinas, tratando de descubrir dónde ha puesto el Papa Pancho la nganga. No se puede ser pontífice sin una buena nganga, sin una cazuela con guerreros y un Elegguá a la vista.

Lo curioso es que, antes de salir de la isla para ver a un hombre con batilongo, El Ñame recibió allá a otro vestido casi igual. Con batilongo. El presidente de Irán, un musulmán que lo daría todo por convertirse en misilman. Y lo despidió su jefe, el general Raúl Castro, en bata de casa. Un batilongo más corto y más fresco.

Se barajan algunas ideas (algunas absurdas y otras realmente ofensivas) sobre el motivo del viaje del Ñame al Vaticano.

1-Fue a comprobar si realmente la Santa Sede quedaba en Italia.
2-Fue a investigar por qué la Santa Sede y La Habana se desploman.
3-Fue a que al Papa lo casara con la Machi.
4-Le pidió a Francisco que mandara a Jesucristo a Cuba para que repitiera el milagro de los panes y los peces.
5-Tenía la misión de pedirle al Papa que detuviera el cambio climático porque es el causante de que en los mares cubanos no haya peces.
6-Quiere que el Sumo Pontífice bendiga la nueva especie que comen los cubanos: pollo por pescao.
7-Pedirle al Santo Padre que levante el bloqueo, porque los demás no le hacen caso.
8-Fue a gestionar algunas mazmorras que ha usado la iglesia en su historia porque ya en Cuba no caben los presos.
9-Averiguar cuándo pudieran hacer santo a Fidel Castro.
10-Pedirle a Papa Pancho que beatifique a Buena Fe a ver si un día los dejan cantar en alguna parte.
11-Intentar que lo ayudara a complicar a Donald Trump en alguna nueva cámara húngara o tíbiri tábara, dejando en su bolsillo el carné del partido de Machado Ventura.
12-Que vaya a Cuba a hacer una limpieza.
13-Solicitarle que, al menos, le tire los caracoles a ver cómo le irá al país a partir de ahora.
14-Pedir que la iglesia haga una gran donación de velas para que la gente se alumbre este año.
15-Rogarle que el Papa pidiera a Dios borrar del mapa a los Estados Unidos, idea que se le quitó al Ñame cuando Francisco le preguntó dónde Cuba iba a comprar pollo entonces.
16-El Ñame terminó preguntándole a Francisco si Cuba iba a producir los 10 millones de toneladas de azúcar y si podrían construir el socialismo algún día, momento que aprovechó el Papa para ir al baño.

Es un misterio lo que hablaron Pancho y El Ñame, o El Ñame y Pancho. Lo sabe Bruno, pero Bruno no fija mucho las cosas. Se miraron a los ojitos El Papa y el visitante, y el cubano pidió por esa boca, en definitiva es un hombre humilde y para los humildes, un fabricante de humildes intentando alcanzar al menos el récord de fabricación de humildes que dejara el Delirante en jefe, humilde mayor. El Ñame le contó al Papa Pancho, emocionado, que había perfeccionado un método infalible para mejorar las condiciones de vida de su pueblo: dejar que se marcharan por tierra, mar y aire, aunque por tierra estaba resultando casi imposible.

Le preguntó al jefe del Vaticano si tenía entre sus empleados a alguien llamado Moisés, que alguien de la seguridad del estado le recomendó como un excelente guía de viajeros, pero el Papa calló ante la ignorancia de El Ñame. Porque no basta con llevar corbata. Mientras, la Machi recorría la Santa Sede buscando dónde conectarse al wifi para twitear. En realidad, también buscaba descubrir si el Papa tenía una esposa, porque pensaba que, si había un Papa, tenía que haber seguro, una Mama. También quería mandar fotos de los diversos crucifijos que iba encontrando en su paseo, porque sería hasta bonito poder hacer lo mismo con los opositores en la isla, gente molesta, insatisfecha e incomprensiva.

Le contó su maravillosa idea a su esposo El Ñame: crucificar a los enemigos y hacer que Buena Fe y Raúl Torres cantaran abajo, pero El Ñame la convenció de que no era viable por muchas razones: no había madera ni clavos para tamaña tarea y con los apagones podían clavarse entre ellos mismos.

Entonces le dijeron adiosito al Papa, le volvieron a hablar del Che Guevara, cosa que siempre emocionaba a Francisco, y se fueron a comer pizzas en el Trastévere, un barrio romano que rima con qué paso más chévere, para luego reunirse en el Quirinale (que les recordaba a Quirino con su tré), con el presidente italiano, Sergio Mattarella, (que les evocaba el queso Mozzarella) y con la primera ministra, Giorgia Meloni, que también era vegetal como El Ñame.

Era de esperarse que la prensa se lanzara enseguida a interrogar a Francisco si El Puesto a Dedo, a quien hasta ahora hemos nombrado con su nombre agrícola, había dejado caer si pensaba quedarse a vivir en Italia, pero Papa Pancho hizo un signo de cruz, se santiguó y dijo bajito que ni muerto. 

Luego un periodista atrevido le preguntó si había negociado la liberación de los presos políticos cubanos y el Papa, cerrando los ojos y haciendo pucheros, desde el fondo de su alma en pena, dijo: "Lo confieso, con Raúl Castro tengo una relación humana".