El número de niñas y niños fallecidos este 2019 en la provincia de Santiago de Cuba superó la cifra registrada en 2018, debido en parte a un incremento de los accidentes en los que se ven involucrados menores, ya sea por elementos fortuitos o por descuidos de padres y adultos responsabilizados con su cuidado.
Así lo afirma un artículo publicado este sábado en la web del periódico provincial Sierra Maestra, según el cual el aumento en estos fallecimientos queda demostrado por “los cientos de accidentes en personas de 0 a 19 años, registrados en 2019”, y por “el número creciente de pequeños y jovencitos de esta provincia que no verán llegar 2020 porque perecieron en sucesos lamentables y perfectamente prevenibles”.
Firmado por la periodista Indira Ferrer, y sin dar datos sólidos, el artículo sostiene que “creciente es la palabra que más se ajusta a la realidad”, ya que, a falta de estadísticas oficiales, los especialistas consultados refieren dicho incremento de los fallecimientos de menores.
“Por eso es fundamental que las familias ganen en conciencia y percepción de los riesgos que pueden correr los infantes en el hogar y en otros entornos en los que puedan hallarse”, clama la periodista, que apoya su llamado en las declaraciones de la doctora Yofaidi Pérez Medina, responsable del Programa de Atención Materno Infantil en Santiago de Cuba.
De acuerdo con Pérez Medina, la mayoría de los accidentes que han conllevado al aumento de las muertes de menores en Santiago se deben a “descuidos de familiares, tutores y cuidadores que pierden de vista a los pequeños o, sin pretenderlo, los exponen a situaciones peligrosas”.
En tal sentido, entre las causas de muerte más frecuentes, según declaró la doctora, están “la asfixia por sumersión, los accidentes de tránsito y los politraumas”. Asimismo, no menos preocupante son otras secuelas de accidentes como “traumas, fracturas, heridas, contusiones, quemaduras, intoxicación por ingestión de tóxicos y medicamentos, electrocución y broncoaspiración”.
En opinión de la doctora, la probabilidad de ocurrencia de los accidentes puede disminuirse si las familias adoptan medidas coherentes con las características de la edad de sus hijos. De igual forma, recordó que los profesionales de los consultorios de la familia deben “acompañar, orientar y ayudar a que en cada hogar de la comunidad se haga la prevención”.