La cubana Oneida Silveira, residente en Alamar, La Habana, lamentó quedarse sin comprar pollo luego de horas en una larga cola este fin de semana.
Según contó la mujer en redes sociales, el hecho sucedió en el Cupet de Bacuranao, donde se encontraba desde las 6 a.m. Posteriormente, a las 9:30 a.m una funcionaria del régimen explicó que el pollo se vendería en módulos ( junto a otros productos), por lo que personas se quejaron ya que esto encarecía la compra.
Ante la incomodidad, la coordinadora de la venta dijo que entonces se despacharía el pollo primero a personas que vivían en ese barrio, dejando atrás a quienes venían de otras zonas debido a la escasez.
"La cuestión es que nos engañaron y al gerente del Cupet no le dio la gana de vender el pollo. Se le pidió explicaciones al Consejo de Defensa y a la jefa, una tal Margarita (déspota y con aires de grandeza); lo que dijo fue que mandaría a la policía para desalojar a todas las personas que estaban allí", añadió Silveira.
La usuaria también aprovechó las redes sociales para airear otros hechos lamentables que ha vivido durante la pandemia.
A inicios de septiembre su padre de 84 años comenzó con varios síntomas, horas después de que se llevaran a su hermana por sospecha de COVID-19, aunque luego fue negativa.
"Se llamó al SIUM, nunca contestó, luego al 106, dijeron que mandaría a la técnica... Todavía estamos esperando... Desde el jueves 10 de septiembre. Por suerte mí hermana dio negativo a la Covid-19. Y después Durán hay que oírlo dándole las condolencias a las familias. Pero hay que callar cuando oyes a un hijo decir ojalá alguien salga positivo en el barrio para que nos pongan en cuarentena, para que nos traigan todo lo que sale en el NTV que también es una mentira. Qué desilusión tan grande. Y tengo mucho más que decir pero no vale la pena", concluyó.