El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, reaccionó este jueves al informe de violaciones de derechos humanos en la isla publicado por la administración Biden, tildándolo de acusación “mentirosa”.
En el reciente Informe Anual sobre Derechos Humanos, presentado por Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU, el gobierno norteamericano es claro al señalar numerosas violaciones a las libertades, e incluso torturas y tratos crueles, del castrismo contra sus ciudadanos.
“Indigna, inmoral y mentirosa acusación del Departamento de Estado norteamericano contra Cuba”, respondió en Twitter el mandatario, que no fue elegido democráticamente, sino designado por el general Raúl Castro para administrar el régimen.
Según Díaz-Canel, con el documentado informe los funcionarios de Biden “acuden a la infame retórica de siempre para calumniar a una isla heroica que sufre bloqueo criminal impuesto por el gobierno de EEUU, causando enorme daño al pueblo cubano”.
Coincidentemente con el pronunciamiento del dirigente de la dictadura, este jueves un artículo publicado en el diario Granma, órgano oficial del gobernante (y único) Partido Comunista de Cuba, rechaza el “documento del Departamento de Estado norteamericano –de la actual administración demócrata– en el que se acusa a Cuba, Venezuela y Nicaragua”.
Elson Concepción Pérez, veterano vocero del régimen, se pregunta en Granma “cómo es posible que un nuevo gobierno en Washington”, mantenga las acusaciones de Trump contra los dirigentes de La Habana. Omite que, mientras en la democracia de EEUU se elige otro presidente cada cuatro años, en Cuba desde hace seis décadas oprimen los mismos, que no permiten oposición ni crítica y sí persiguen –con toda la fuerza del Estado– a quienes disienten.
Según el comentarista del periódico de propaganda, con el documentado informe “pretenden engañar a alguien con esos cuentos, cuando saben todos (…) que si un ejemplo vivo de respeto a los derechos humanos hay en este hemisferio, es el de Cuba”. Incluso, contra la evidencia existente y las denuncias reconocidas hasta por la ONU, afirma que en toda la época del castrismo no se conoce “de torturas ni de muertes extrajudiciales”.
Recientemente, la administración Biden refirmó que Estados Unidos mantendrá su posición de “no dar dinero” a las “regímenes autoritarios y corruptos” de Cuba, Venezuela y Nicaragua, violadores de derechos humanos.
Según dijo Namita Biggins, portavoz del Departamento de Estado, quieren “apoyar a la sociedad civil” y “las organizaciones no gubernamentales”.
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“No queremos apoyar a estos regímenes autoritarios y corruptos”, expresó la funcionaria en una entrevista con la Voz de América (VOA).
Señaló a la dictadura de Cuba como “la influencia maligna” en América Latina, que ha conseguido penetrar en Nicaragua y Venezuela. La situación de derechos humanos en la isla “es deplorable y sigue deteriorándose”, advirtió.
“Además en Cuba hemos visto la restricción de circulación no solo dentro del país sino también del derecho a salir del país. Los cubanos están luchando por sus derechos humanos y por su dignidad”, dijo Biggins.
Denunció que, sobre los gobiernos con sede en La Habana, Caracas y Managua, “se han dado informes continuos de abusos policiales, de detenciones arbitrarias, incidentes de tortura, ejecuciones extrajudiciales y un uso excesivo de la fuerza”.