“¡Oye, papi, qué bueno te estás poniendo…!”: jardinero denuncia acoso sexual y despido

Yosvany Zamora Torrens, de 36 años, fue jardinero del policlínico “XXX Aniversario” del municipio Remedios durante casi 5 años, hasta que un proceso laboral en su contra terminó apartándolo de su puesto laboral
Yosvany Zamora Torrens. /Foto: Cortesía
 

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Yosvany Zamora Torrens, de 36 años, fue jardinero del policlínico “XXX Aniversario” del municipio Remedios durante casi 5 años, hasta que un proceso laboral en su contra terminó apartándolo de su puesto laboral.

El afectado denuncia al Dr. Jorge Luis Ferrer —director en funciones del Policlínico—, quien en enero pasado instigó el proceso que lo dejó desempleado.

Los argumentos utilizados por la administración fueron “que existía una opinión generalizada y adversa hacia su persona” a raíz de un trabajo voluntario en el cual “le estaban haciendo las labores al aprovechado”, predisponiendo con ello “a los obreros del centro ante la pérdida de la obediencia” que todos debían demostrar al dirigente. 

Sin embargo, detrás de ello — explica Yosvany— se encontraría “el interés personal del director”, quien en alguna ocasión le habría dicho: “¡Oye, papi, qué bueno te estás poniendo…!” en alusión a la anatomía del empleado bajo su mando.

Yosvany hizo entonces como que no entendió, pero a partir de aquel “desaire amoroso”, el mandante recogió firmas en su contra, y también habría amenazado a miembros del Órgano de Justicia Laboral de Base para que fallaran a favor de la expulsión, explicó el joven.

En medio de los problemas habituales del obrero cubano—agravados por la falta de combustibles—, el joven Yosvany se las ingenia ahora como puede para sobrevivir “con dos hijas menores de 10 años” a las que mantiene bajo su tutela. 

Zamora Torrens cuenta que antes de su despido convocaron a una reunión donde los funcionarios del Partido lo humillaron y forzaron a que pidiera la baja por “no haber cumplido con las órdenes establecidas”. El empleado llevaba casi cinco años en su puesto de trabajo sin presentar problemas.

Para conseguirle a la administración argumentos suficientes, mientras transcurría el período de reclamación establecido, el jefe le “escondió la tarjeta de entrada y salida”, y le indujo “falsas ausencias reiteradas”, culpándolo además de unas extrañas “multas por abandono del sitio que nunca fueron comprobadas”.

 

 

En el centro laboral nadie hizo mucho en su favor, pues se trataba de “un arranca yerbas” más, un “sin categoría docente”, perfectamente prescindible. Solo el asesor jurídico de la dirección Municipal de Salud Pública —el escritor, abogado y miembro de la UNEAC Luis Manuel Pérez Boitel—no aceptó las irregularidades demostradas en el procedimiento seguido contra el obrero; todos los demás dieron la razón al dirigente, y ello condujo, además, al fin del contrato de servicios del asesor jurídico de la dirección Municipal. 

El juez ponente “no solicitó ni el reglamento disciplinario ni la declaración del
demandante durante la vista oral
”. 

Según comentó el abogado del despedido “el juez tendría que haber solicitado tales documentos como prueba para mejor proveer, pero de hacerlo, estaría obligado a instruirlo por un delito de manipulación de medida disciplinaria, según establece el Código Penal vigente, además, cuando se allana al representante de la Administración, como sucedió en este caso, el juez debe poner punto final al proceso en aras de economía procesal, algo que no hizo el tribunal”.

La sentencia emitida por el Tribunal Municipal Popular de Remedios, a la que tuvo acceso ADN CUBA, declara la demanda de Yosvany Zamora “con lugar en parte”,  y lo envía a trabajar a un puesto diferente con menor remuneración.

Al jardinero lo ubicaron “como auxiliar de limpieza del Hospital adjunto”, en castigo por las supuestas indisciplinas cometidas, una plaza que “generalmente se cubre con mujeres”. Al rechazar la reubicación que él consideró ominosa, el joven ha terminado sin ingresos ni vínculo en un país donde no se cansan de alardear que nadie quedará desempleado”.

Mientras, llueven anónimos dirigidos al PCC sobre el polémico policlínico, “donde tal parece se han hecho todas las cosas mal”, así como contra el Director de Salud, Orlando Álvarez Núñez, defenestrado cuando trabajaba en el Sistema de Urgencias Médicas en la provincia, por “haber destruido varias ambulancias”.

Ahora “siguen los dos destruyendo a vehículos y personas, y no hay un carro que siga rodando ni nadie que quiera seguirlos”.

Pero, nada— concluye el joven— la mafia cubana es así y nadie se cae de los cargos, mientras sigan arremetiendo contra cualquiera” especialmente “si no aceptas insinuaciones libidinosas” para mantenerse laborando, porque al cabo “todos seremos víctimas del honroso ejército de las batas blancas”.

Cuando mucho se habla de inclusión, protección y transparencia ciudadanas, Yosvany, continúa sin trabajo, observando desde la esquina de su casa cómo crecen en el jardín una vez a su cargo, las malas yerbas en lugar de flores, bajo un manto de caos. 

 

 

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