Contra la verdad, todo

Aún repercute el reciente llamado del Granma a una "cacería de brujas" contra la prensa independiente. Fernández Larrea comparte su opinión al respecto
Cubano lee el Granma
 

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¿Habrá todavía en Cuba alguien que crea lo que dice el periódico Granma? ¿Alguna persona con dos dedos de frente busca el Granma para informarse? ¿Lo lee completo, de cabo a rabo, de arriba abajo, pechito con pechito? ¿Se sienta luego, satisfecho de saber cómo va el mundo, seguro de que en esa bendita tierra que dirige el partido comunista y donde se publica un diario como el Granma, todo va bien, intensamente bien, sabrosísimamente bien?

Si existiera un ser así, que no dudo que exista, porque en esta viña del señor y en aquella donde campea un periódico como el Granma, todo puede suceder, debe pensar que todo lo terrible sucede a 90 millas, o allá en la podrida y vieja Europa. Para esa especie de espécimen solamente existen dos tipos de personas: “Los de allí y los de allá”.

Pero estoy convencido, y creo que son muchos dentro de la isla, que están hartos de tanto sonsonete patriótico, tanto cachumbambé ideológico, tanta orientación partidista y tanto malabarismo en la noticia. Con lo que esconde, omite, disfraza y no dice el Granma, se podría hacer otro diario con mayor tirada y más aceptación. Y más apegado a la realidad.

Ahora es el Granma, buque insignia del naufragio insular, el que sospechosamente alienta la cacería de brujas contra la prensa independiente. Es como si dijera: no hay más Dios que el partido comunista y el Granma es su profeta. Muerte al invasor, no pasarán. Y comenzará a enervar, a aullar, halándose los pelos, los pocos pelos que le quedan en ese lomo de perro apaleado y mentiroso.

 

 

Porque la dictadura cubana intenta desesperadamente apelar al patriotismo ciudadano -y se está pareciendo peligrosamente a la de China-, queriendo acallar y reprimir la verdad. Vuelven a utilizar la vieja fórmula de hace 40 años cuando los sucesos del Mariel, destruyendo la reputación de los ciudadanos con aquel infame grito de “Que se vaya la escoria”. Repiten la oprobiosa conmoción social, que hizo que el pueblo clamara, gozoso y divertido, “Paredón, paredón”.

Granma pide, sin rubor alguno, que los periodistas independientes sean encarcelados. Alienta el abuso, la vigilancia, la persecución en tiempos de pandemia, esa epidemia tras la que se escuda para que las autoridades aprieten más las tuercas, y los tristes esbirros de uniforme se realicen asustando, golpeando, interrogando, advirtiendo, impidiendo la circulación y el libre pensamiento y, sobre todo, el derecho a estar bien informados, porque la información está regulada por ellos mismos.

Ellos lo han dicho sin sonrojo: “La prensa en Cuba tiene un rol ideológico bien definido desde poco después de 1959. Los medios fueron muy pronto nacionalizados y puestos bajo el estricto control del gobierno”. Y a partir de entonces nadie supo más allá de lo que los sesudos miembros del comité central centralizaron. Nadie conoció otros sucesos en el mundo que los que ellos autorizaban a suceder, siempre con la óptica de caimán apaleado, de animalito sufrido que ha enseñado a todo un pueblo a mendigar.

Negando la libertad de información, el derecho a la libertad de pensamiento, niegan a aquel “hombre nuevo” que se cansaron de pedir. 

A menos que ese Frankenstein sea precisamente el ciego de obediencia absoluta, sin más criterio que el que se orienta, sin más frases que las aprendidas, sin más visión que el muro de palabras que el periódico Granma levanta ante sus ojos, en nombre de una revolución que hace muchos años dejó de ser lo que proclamó.

 

Escrito por Ramón Fernández Larrea

Ramón Fernández-Larrea (Bayamo, Cuba,1958) es guionista de radio y televisión. Ha publicado, entre otros, los poemarios: El pasado del cielo, Poemas para ponerse en la cabeza, Manual de pasión, El libro de las instrucciones, El libro de los salmos feroces, Terneros que nunca mueran de rodillas, Cantar del tigre ciego, Yo no bailo con Juana y Todos los cielos del cielo, con el que obtuvo en 2014 el premio internacional Gastón Baquero. Ha sido guionista de los programas de televisión Seguro Que Yes y Esta Noche Tu Night, conducidos por Alexis Valdés en la televisión hispana de Miami.

 

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