Naciones Unidas celebró las políticas cubanas para la promoción de una maternidad sustentable y con enfoque de género, pero obvió algunas realidades que impiden hacer realidad esas normas en la isla caribeña.
En un post en Twitter, el mayor organismo multilateral del planeta explicó que sólo 15 países en el mundo tienen políticas para facilitar una crianza compartida, y de ellos sólo Cuba en América Latina. Esas iniciativas son las guarderías gratuitas por 2 años, la licencia de maternidad de 6 meses y la licencia de paternidad remunerada.
El artículo anejo al post reconoce que “el 18% de los padres participan en actividades educativas con sus hijos durante la primera infancia; solo un 33,2% de los niños menores de seis meses de edad reciben los beneficios de la lactancia materna exclusiva, y solo 125 padres pudieron disfrutar su licencia por paternidad entre 2003 y 2014”.
La licencia de maternidad por 6 meses es la única de esas políticas cuya letra se acerca a la realidad del país, porque las “guarderías por dos años” distan de estar a disposición para todas las familias cubanas.
En estos momentos Cuba cuenta con 1 122 de estas guarderías, conocidas como “círculos infantiles”, de ellos 1 085 están trabajando y 37 están cerrados por problemas constructivos. De estos últimos, 32 están ubicados en La Habana, mientras tienen uno cerrado las provincias de Matanzas, Villa Clara, Mayabeque, Cienfuegos y Holguín.
La capacidad es de unos 134 mil niños, pero hay 41 782 solicitudes pendientes, aseguró al diario Juventud Rebelde María de los Ángeles Gallo Sánchez, directora de Educación de la primera infancia del Ministerio de Educación.
Según un artículo del diario Granma de 2018, la capacidad era más o menos la misma y si comparamos los números de un año a otro sólo creció en algo más de 600 plazas, un número a todas luces pequeño. Las 134 mil capacidades representan apenas el 18,5% de la población infantil entre uno a seis años. El único “paliativo” es que en Cuba la tasa de natalidad es baja y la población envejece con rapidez.
La mayor parte de las instalaciones en activo datan de finales de la década del 80, cuando Fidel Castro ordenó una construcción masiva de ellas para atender la necesidad apremiante de las madres trabajadoras. Con el “periodo especial” no se construyeron más, y muchas se deterioraron.
Observemos las cifras dadas por ambos periódicos: si en 2018 había 1096 guarderías en funcionamiento, en 2019 ese número decreció a 1085.
Si hubo un ligero aumento en las capacidades se debió a la reparación y ampliación de instalaciones ya existentes, como sucedió en las provincias de La Habana, Matanzas, Villa Clara, Granma y Holguín. También a la amplia incorporación de personal luego del incremento salarial: 823 educadoras y 457 auxiliares pedagógicas.