Oficialismo vuelve a comparar a los coleros con el coronavirus

Los medios de prensa cubanos siguen en su lucha contra los coleros y los vuelven a comparar con el coronavirus. Dicen que tienen la cura para esa pandemia: aislarlos y "chivatearlos"
Oficialismo vuelve a comparar a los coleros con el coronavirus
 

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Un artículo del medio oficialista Juventud Rebelde ha vuelto a tildar a los coleros como un virus, comparándolos con la pandemia actual. Desde los medios oficiales la campaña de descredito y odio hacia estas figuras sociales se incrementa por día y casi todas las secciones de opinión “dirigida” en la prensa oficial dedican textos para ensombrecer a quienes realizan esa labor.

Bajo el título: El «colerovirus» sí tiene cura, el periodista Norland Rosendo intenta justificar los problemas actuales de desabastecimiento culpando a los coleros-acaparadores-revendedores, como él los llama.

Es risible como el reportero considera que las colas podrán acabar un día o al menos disminuir. Al parecer el almuerzo del Partido Comunista de Cuba y de la Unión de Jóvenes Comunistas viene con una ración de optimismo desmedido o en Juventud Rebelde reparten módulos con ceguera y desmemoria incluidas.

El texto en cuestión comienza exhortando a los cubanos a odiarse entre ellos, a difamar unos de otros y a practicar eso que llamamos chivatazo: “Los coleros-acaparadores-revendedores son un virus que muta según las circunstancias y las brechas que dejemos abiertas. Deben ser tratados como tal. ¿Qué haría usted si sabe que un vecino tiene síntomas de COVID-19 y los está disimulando? Seguro que toma dos medidas de urgencia: corta el vínculo con esa vivienda y alerta al personal de salud. Con la plaga que ronda los establecimientos comerciales hay que hacer lo mismo”.

 Luego de justificar todos los problemas actuales con el contexto pandémico y el bloqueo, el reportero aconseja a la población para que se “enfoque” y como solución salomónica sostiene que: “Si cortamos la cadena de «colerovirus» seguro que las colas avanzarán mejor y más rápido”.

“Como el caso del vecino con síntomas, no podemos dejar la solución solo en manos del otro. Nosotros, los que hacemos decentemente la cola somos, y seremos siempre, mayoría. Juntos, y acompañados por la Policía, las organizaciones y los cuerpos de inspección, podemos sacar de juego a los coleros-acaparadores-revendedores, aunque ellos vayan de la sonrisa maquiavélica cuando todo les está saliendo bien a la bravuconería marginal si la gente no acepta sus reglas de juego”, asegura.

Al final, regresando a su lógica comparativa, el texto refiere que “Si hemos trabajado duro para controlar la COVID-19, por qué no hacer lo mismo con el «colerovirus». Fíjese que tiene antídotos parecidos: si entre todos los aislamos (léase, impedirles marcar para muchos o repetir puestos en la misma cola) y el médico le da su medicina (la ley, los sanciona), la pandemia se irá aplanando sin necesidad de esperar por otra cura, la estabilidad en la oferta”.

Pero Juventud Rebelde no es el único medio que se abalanza sobre los coleros y revendedores. El periodista cubano, Humberto López, aseguró, recientemente, en la televisión estatal que los llamados coleros "son una pandemia". 

Durante el noticiero en la noche, López comenzó diciendo que "si este tipo de coronavirus es nuevo, hay otra especie de pandemia que no es una nueva cepa, pero sus dimensiones sí han crecido en estos meses y con toda seguridad hay que detenerla ya. No es una exageración: los coleros son una pandemia ".

"¿Hay que creerle que lo que compra es para su consumo? ¿Es la reventa de un producto deficitario una manera honesta de ganarse la vida? ¿Vamos a permitir también que un individuo compre con su tarjeta cantidades irracionales de cualquier producto? ¿Incluso luego de vender y comprar ilegalmente cantidades significativas de esa moneda? La escasez no es solo de productos sino también de valores.

Por último, el periodista dijo que esas personas merecían sentir "el peso de la ley y del pueblo que los repudia". A su vez, el diario Tribuna de La Habana sostuvo que los coleros podrían ir presos hasta cuatro años por sus acciones.

También el diario del Partido Comunista de Cuba, Granma, culpó recientemente a los coleros de la falta de alimentos para ancianos y embarazadas. Dentro de poco los coleros serán más omnipresentes que Dios, al menos desde las letras y transmisiones de la prensa al servicio de la dictadura.

En su texto el diario también hizo referencia al número cada vez mayor de sancionados por delitos relacionados con las colas. Antes de culminar julio la cifra de personas sancionadas por ejercer como coleros en la pandemia ascendía a 1285.

 

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