Un grupo de madres cubanas, junto a sus hijos pequeños, ya llevan cinco días ocupando un local de la oficina del Historiador en La Habana Vieja, huyendo del inminente derrumbe de sus casas.
En las afueras del lugar en el que irrumpieron el pasado 13 de noviembre, se encuentran efectivos militares y ellas escribieron en la pared: "No queremos más muela, queremos casas".
Este lunes llegaron los herreros que trabajaban en el local, para sacar su maquinaria y utensilios de trabajo porque se retiran.
Según reportan fuentes de la zona a ADN Cuba, las autoridades continúan sin darle respuestas a estas mujeres.
Se trata de vecinas de la calle Villegas, entre Teniente Rey y Muralla, que además de tener sus casas en condiciones inhabitables, se encuentra el barrio en cuarentena obligatoria por un rebrote de COVID-19.
Las afectadas reclamaban ese día frente a cámaras de la revista mejores condiciones para sus viviendas.
En el reportaje se muestran paredes agrietadas, al igual que el suelo. Incluso hay paredes desmontadas.
"Se está cayendo una parte de la casa. Las autoridades vienen y dicen que darán una respuesta al otro día y no dan respuesta de nada", contó una de las madres.
Son un total de ocho madres, una embarazada, con niños pequeños, quienes penetraron el establecimiento estatal por su supervivencia.
A mediados de octubre, también otras tres madres cubanas con hijos menores de edad, desesperadas por no tener vivienda, tomaron un local vacío supuestamente de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Habana Vieja, para poder guarecerse, y autoridades de la provincia amenazan con desalojarlas.
Un equipo de ADN Cuba se acercó a este lugar, ubicado en Acosta, entre San Ignacio y Cuba, para que las mujeres hicieran su denuncia.