Como cualquier otra ciudad en tiempos de pandemia, Louisville, en el estado norteamericano de Kentucky, no escapa a la dificultad, pero hay quienes sobrellevan la situación con una mezcla de ingenio y humor.
Luis David Fuentes, editor jefe del tabloide El Kentubano, orientado a la comunidad cubana en el área, ha sido el descubridor de una obra de transformación ingeniosa, que mantiene su exterior original como ambulancia y su interior es barbería.
Fue en el centro de Louisville, que Fuentes tropezó con lo inimaginable.
“Yo había escuchado de la ambulancia-barbería, pero no la había visto hasta que la encontré la semana pasada en el llamado Mall de los Cubanos”, comentó Fuentes a Radio Televisión Martí.
El barbero es Rafael Ramírez, de Guantánamo, uno de los más de 20 mil cubanos que viven en Louisville y que son responsables de la pujanza y la fuerza comercial de una ciudad en desarrollo, la tercera de EE.UU. con mayor número de cubanos, superada sólo por Miami y Las Vegas.
“Desde que llegué a Louisville en 2013 siempre quise inventar algo”, dijo Rafael, que comenzó a pelar a los 14 años en el portal de su casa en Guantánamo.
Un día conducía camino a casa de un cliente y vio algo que llamó su atención; una camioneta preparada para bañar y acicalar perros, o sea, una peluquería canina rodante.
“Por qué si las hay para animales, no puede haber un vehículo transformado en barbería”, se preguntó.
Fue a donde su amigo mecánico, Yuri, a quien con entusiasmo le propuso la idea. “Eso es mío ya, me dijo Yuri”, que con mejores posibilidades no perdió tiempo. A los pocos días compró la ambulancia en una subasta y sin pensar dos veces, puso manos a la obra.
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En EE.UU. y otros países cuando el Gobierno tiene equipo adicional u obsoleto, como autos de policía y ambulancias, y a la necesidad de renovar el parque móvil, los vende en subasta pública.
“Los cubanos somos un ingenio de talento. Yuri, hombre orquesta, hizo la electricidad, la mecánica y un mes después salió la ambulancia-barbería”.
Así, lo que parecía loca aventura se convirtió en “La Papelacera”, negocio rodante de corte de cabello con servicio a domicilio.
“Le puse Papelacera por la canción de El Taiger y Jacob Forever y pegó, a la gente le gusta”, comentó.
El cliente reserva el turno por teléfono, Rafael se transporta hacia su domicilio, estaciona y el interesado aborda por la parte posterior del vehículo barbería, que se conozca, el único que hay en EEUU operado por un cubano.
“Imagínate llegas a pelar a alguien y salen los vecinos curiosos a preguntar qué pasa, si hay enfermos o heridos. Cuando encuentran que en lugar de ambulancia es una barbería, empiezan a gritar y a reír”.
El resto es historia, pelado de estilo, rápido y de calidad, como bien promociona este barbero de formación empírica que hace 8 años salió de Cuba a conquistar el mundo.
“Aprovecho para desear bendiciones a todos los cubanos, donde quiera que estén. Nosotros con una lata y un palo hacemos cualquier cosa”.
(Tomado de Radio Televisión Martí. Fotos de El Kentubano)