Dos migrantes cubanos fueron detenidos cuando ingresaban de forma irregular en Polonia, informó el martes la Guardia de Fronteras de ese país europeo.
El lunes 17 de enero “50 personas intentaron cruzar ilegalmente la frontera de Polonia con Bielorrusia”, precisó la Guardia de Fronteras en su cuenta de Twitter. El cuerpo de seguridad añadió que en enero se han realizado “596 intentos de cruzar ilegalmente la frontera de Polonia con Bielorrusia”.
Como resultado de la intervención policial durante el mes “23 inmigrantes ilegales fueron detenidos”, entre ellos las dos personas de nacionalidad cubana, diez sirios, siete iraquíes, dos palestinos, un natural de Bielorrusia y otro de Turkmenistán.
Polonia se ha convertido en los últimos meses en un destino de entrada a la Unión Europea (UE) para los cubanos, quienes huyen de la aguda crisis económica y la represión en la isla caribeña. Para lograr su objetivo se enfrentan a los peligros de una ruta que incluye a países aliados del régimen comunista de La Habana, como Rusia y Bielorrusia.
A inicios de diciembre, migrantes cubanos denunciaron en un reportaje de BBC News los maltratos y golpes recibidos a manos de la policía de Bielorrusia, mientras intentaban continuar su camino hacia la UE.
Daniel calificó como “inhumano” el trato recibido por las fuerzas del orden. Luego de deambular varios días y ver frustrados sus intentos de llegar a Polonia, él y otro cubano tocaron una cerca con sensores que avisaba a la policía bielorrusa. Pretendían ser llevados a la capital, Minsk, para luego retornar a Moscú (Rusia).
Pero cuando aparecieron seis agentes en furgonetas militares, comenzaron a golpearlos. El otro cubano “terminó de hablar y le metieron una patada. A mí un puñetazo”, dijo Daniel.
“Nos golpearon en el suelo. Patada viene, patada va. Disfrutaban dando golpes y riéndose. Hubo un momento en que me metieron una cadena en la boca, me pusieron una escopeta en la sien y tiraron de mí. Me di por muerto. Pensé en mi madre, mis hijos y lloré”.
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Ambos fueron llevados a un sótano, para más tarde ser trasladados a un campamento fronterizo en Kuznika, donde miles de migrantes esperaban una respuesta.
Según Daniel, los policías los hacían implorar por comida. “Es muy triste, pero aquí en Bielorrusia es como si la vida del ser humano no valiera nada”.
Sin batería en los teléfonos para hacer llamadas a sus familias en Cuba, debían pagar 20 dólares a los guardias para que los dejaran recargar un 6% o 14%. “Aquí todo está corrupto”, dijo Daniel a la BBC.
En el refugio eran siete cubanos, cuatro de ellos comenzaron gestiones para ser deportados, pues vieron frustrado el sueño de llegar a tierras mejores.
El 26 de noviembre los restantes fueron acogidos por dos mujeres cercanas a la comunidad cubana en Minsk. Estaban a la espera para solucionar sus casos de regularización.
Con la agudización de la crisis económica, sanitaria y política en Cuba cientos de nacionales han optado por volar hacia Rusia y emprender la travesía hacia España u otro país europeo.
El camino no ha sido sencillo. Muchos describen que cubanos residentes en Moscú cobran a sus compatriotas hasta 3 mil dólares por llevarlos a la frontera con Polonia.
La crisis humanitaria en los límites de Bielorrusia con Polonia no facilita la escapada de los cubanos. Según la ONG Ocalenie Foundation cuando la patrulla fronteriza polaca detiene a los migrantes no procesa sus solicitudes de asilo, sino que los regresa a Bielorrusia.
Líderes de la UE acusan al régimen bielorruso de Lukashenko, fiel a Moscú, de organizar el paso ilegal de inmigrantes de países empobrecidos y devastados por la guerra hacia Polonia y otros vecinos europeos para generar inestabilidad.