Este sábado 19 de diciembre se cumplen 28 años del “Vuelo del amor”, un emblemático episodio en la historia del exilio cubano mediante el que el piloto Orestes Lorenzo, exoficial de las Fuerzas Armadas del régimen de la isla, regresó en 1991 a Cuba, de la que había desertado antes, para rescatar a su mujer e hijos y vivir todos juntos en libertad.
“Hoy se cumplen 28 años de que mi familia alcanzó la libertad. Bendecidos sean los Estados Unidos!”, escribió Lorenzo en su perfil de Facebook para recordar la hazaña, justo clímax del calvario que debió atravesar tras su deserción por la negativa del régimen de permitir que sus familiares salieran de Cuba por vías legales y se reunieran con él.
El piloto escapó de Cuba en una aeronave de la Armada rumbo a los Estados Unidos, país al que llegó buscando iniciar una nueva vida, libre de las carencias y limitaciones a la libertad que sufría en la isla. Su familia quedó bajo el acoso continuo de las autoridades y los órganos represivos del régimen, que obstaculizó todos los intentos de Lorenzo por reclamarla y reunirla con él.
Ello llevó al exoficial a protagonizar una atrevida hazaña en 1991, nombrada por él como el “Vuelo del amor”. Ese año, con una probabilidad de éxito cercana al cero por ciento, como ha referido, decidió tomar una avioneta y regresar a Cuba para transportar a su familia a Estados Unidos.
“El amor pudo más que la maldad”, recordó Lorenzo en otro de los aniversarios de su vuelo, el cual organizó y llevó a cabo porque, según dijo en una de las pocas entrevistas que ha concedido, concluyó que no podía vivir sin su familia y no podía "tolerar la humillación de una separación impuesta".
El rescate exitoso de su esposa María Victoria Rojas y sus hijos Reyniel y Alejandro fue una auténtica humillación para el régimen, cuyos aviones de guerra no esperaban tal atrevimiento.
La operación estuvo tan bien organizada por Lorenzo y la familia, con la ayuda de unas amigas mexicanas que viajaron a Cuba, que bastaron escasos minutos para que el piloto aterrizara la avioneta en una carretera, recogiera a sus familiares y despegara sin dar tiempo a que lo atacaran o impidiesen la afortunada materialización de sus propósitos.
El éxito del “Vuelo del amor” dio la vuelta al mundo e incluso fue discutida en la ONU, donde un impotente embajador cubano ironizó con la hazaña al calificarla como la acción de un “superman sin alas”.
Actualmente Lorenzo reside con su familia en Orlando. Ya es abuelo y cada 19 de septiembre, como este sábado, recuerda el logro de haber rescatado a su esposa e hijos para juntos vivir en libertad.