El municipio de Jobabo, en las Tunas, es de los menos reforestados de Cuba, por lo que puede decirse que también es uno de los que más peligros potenciales o riesgos en el medio ambiente presenta.
Pese a ello, la reforestación del área tuvo su peor desempeño en años y el plan al respecto se incumplió en un 95 por ciento, en parte debido a “un éxodo masivo de los trabajadores de las brigadas silvícolas por incongruencias salariales y malas condiciones laborales”, según refiere el diario provincial de Las Tunas, Periódico 26.
De acuerdo con éste, el programa de incremento de áreas forestales ha tenido “proyecciones mucho más simplificadas cada año”, hasta que este 2019, a punto de terminar, la meta fue menor a la cuarta parte de lo que se pretendía una década atrás.
Como señala el autor del reporte, “en vez de aumentar el ritmo de plantaciones de árboles, cada calendario el plan es inferior”, y en el actual año, a pesar de la baja meta, 40 hectáreas, sólo lograron plantarse cerca de dos.
Fue la peor campaña de la unidad empresarial de base (UEB) Forestal de Jobabo, encargada de la reforestación del municipio, así como de otros programas ambientales importantes como “la reposición de fallas, reconstrucción de bosques, raleos, mantenimientos y casi todo lo concerniente al manejo de las plantaciones”, lo cual fue también incumplido en su mayoría.
Según Periódico 26, “las causas de todos estos incumplimientos están en los escasos recursos que tiene la forestal para respaldar los programas de silvicultura, desde la falta de medios adecuados para limpiar las áreas de marabú y asegurar la preparación de los terrenos en la etapa adecuada, hasta una serie de limitaciones en el orden financiero que no respaldan un adecuado salario para sus trabajadores”.
Asimismo, otra causa importante fue el incumplimiento en la producción carbonera, renglón del cual provienen las estimulaciones en divisa de los trabajadores. Al no recibirlas, y estar de por sí ya bastante depauperado el salario, más 60 silvicultores de la empresa decidieron probar suerte en otros menesteres.
Si bien es normal que muchos busquen opciones laborales mejor remuneradas, lo que llama la atención del caso es que los reforestadores de Jobabo parecen haber caído en un limbo o descuido estratégico. Si su misión es de importancia para el municipio y el medio ambiente, no debieron haber sido tan descuidados por parte de las autoridades y el presupuesto.
Al parecer la reforestación seguirá pendiente en esa demarcación tunera, pues difícilmente en 2020, sin personal o mano de obra fija, logrará plantarse un número significativo de hectáreas.