Los reyes visitan lugar donde se fundó La Habana hace 500 años

Los reyes regresarán esta noche al Palacio de los Capitanes Generales para ofrecer una cena a Miguel Díaz-Canel
 

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Los reyes Felipe y Letizia comenzaron la segunda jornada de su viaje de Estado a Cuba con una visita al lugar donde nació La Habana, a tres días de que se conmemoren los 500 años de la ciudad que fundaron los colonos españoles.

De la mano del director de la Oficina del Historiador de La Habana y artífice desde hace décadas de la rehabilitación de su patrimonio arquitectónico, Eusebio Leal, don Felipe y doña Letizia regresaron al casco histórico después del paseo que protagonizaron ayer, martes, por algunas de las calles del centro, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982.

Felipe VI, de nuevo con guayabera, esta vez blanca, y la reina, con un vestido del mismo color, iniciaron el recorrido en el Templete, el punto donde en 1519 se celebró el primer cabildo y la misa fundacional junto a una ceiba.

Según la tradición, cientos de personas acuden cada 16 de noviembre a la pequeña construcción de estilo neoclásica, construida en 1828 por Fernando VII, para dar tres vueltas alrededor de la ceiba, tirar unas monedas al aire y pedir un deseo.

Los reyes no hicieron este ritual, pero ante la sombra de la ceiba -la original sobrevivió hasta 1753- escucharon con atención las explicaciones de Leal sobre el simbolismo del lugar.

En el acto también estuvieron el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, el presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo, y el alcalde de La Habana, Reinaldo García Zapata.

Junto a la comitiva, don Felipe, con el bastón de mano municipal, y doña Letizia atravesaron el parque de la Plaza de Armas, trazada en 1520, lo que la convierte en la más antigua de las cuatro plazas de estilo colonial del centro histórico de la ciudad, y donde se erige la estatua de Carlos Manuel de Céspedes, padre de la patria cubana y primer presidente.

Al llegar al Palacio de los Capitanes Generales, el cortejo real se detuvo ante su fachada, donde ya cuelga el repostero con el escudo de La Habana que los reyes han regalado al ahora Museo de la Ciudad con motivo de su histórica visita en una efeméride tan especial como el quinto centenario.

Uno de los obsequios más especiales que ha hecho la Corona española al ser un tapiz zurcido a mano para la ocasión en la Real Fábrica de Tapices.

En el patio del edificio y ante la estatua de mármol de Cristóbal Colón, el alcalde habanero entregó a Felipe VI la "Giraldilla", el símbolo de la capital cubana.

La estatuilla, que luce en lo alto del Castillo de la Real Fuerza, se esculpió a mediados del siglo XVII al estilo de la que está en la catedral de Sevilla, conocida como la Giralda.

El Palacio de los Capitanes Generales, antigua sede de los gobernadores españoles en la etapa colonial, repuso en el salón del trono del Palacio la bandera rojigualda en marzo del pasado año por indicación de Eusebio Leal para que luciera junto a las enseñas de los países que apoyaron a Cuba en su camino a la independencia.

"En esta sala queda una parte de la historia restituida", sentenció entonces Leal, quien, a sus 77 años y con un estado de salud algo delicado, sigue al frente de la restauración del centro histórico de La Habana, al que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad en 1982.

Como reconocimiento a esta labor, el Gobierno español le concedió la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, que Felipe VI le impuso hoy con motivo de su visita.

Uno de los atractivos del palacio es el "Trono intocado de La Habana", que aguarda a que un rey de España se siente desde 1791, cuando terminó de construirse el edificio.

Una espera que Felipe VI va a prolongar, como hizo su padre, Juan Carlos I, cuando estuvo en La Habana en 1999 con motivo de la cumbre iberoamericana.

"No hubiera cabido. Me hubiera tenido que sentar en él con todos los españoles", dijo don Juan Carlos para justificar su negativa.

Como la visita se llevó a cabo pronto, apenas hubo turistas que presenciaron el paso de los reyes por la Plaza de las Armas, que siguieron numerosos medios gráficos ante fuertes medidas de seguridad.

Los reyes regresarán esta noche al Palacio de los Capitanes Generales para ofrecer una cena a Miguel Díaz-Canel, en la que don Felipe pronunciará el discurso de más calado de su visita a la isla.
 

 

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