Dos conductores, de los camiones de la fábrica de piensos Baire de Santiago de Cuba, están siendo procesados por adulterar un cargamento de maíz destinado a la producción de alimento animal.
La empresa, ubicada en el municipio de Contramaestre, produce todo el pienso que se distribuye en el oriente cubano y el maíz es una materia prima indispensable del proceso. Según informaciones del Noticiero del Mediodía de la Televisión Cubana allí se dejaron de producir unas 100 toneladas debido a este delito.
Los implicados adicionaron agua al cargamento de maíz para completar el faltante que sustrajeron antes de llegar a la fábrica.
Los hechos fueron narrados por el Capitán Dennis Rosales Álvarez, Primer instructor penal del municipio:
“Durante la investigación se pudo conocer que los conductores de estos vehículos salieron del puerto de Santiago de Cuba con la mercancía en dirección de la fábrica de pienso. En la trayectoria se desviaron y se fueron ara la provincia de Holguín, donde residen y no es hasta el otro día que se presentan en la fábrica con la finalidad de descargar la mercancía”.
El militar también dijo que los dos implicados serán procesados por apropiación indebida y que las pruebas de laboratorio realizadas a las muestras de ambos camiones determinaron que el faltante era de más de mil 200 kilogramos de maíz por vehículo.
Por su parte, la especialista principal en gestión de la calidad de la empresa antes mencionada, Aylín Rodríguez Labrada explicó que “Cuando los carros entran a nuestra entidad por procedimiento debemos chequear el control de las características organolépticas y nos percatamos que la materia prima maíz venía con alto nivel de humedad”.
A decir de la entrevistada si no se hubiese detectado esta irregularidad el pienso producido podría dañar seriamente a los animales que lo consuman, puesto que el elevado grado de humedad que traía el maíz hace imposible que de él se haga una producción de pienso seco óptima.
Recientemente ha sido polémico, incluso en las redes, el caso del ganadero cubano de la provincia de Artemisa al que el régimen acusó de un presunto delito de actividad económica ilícita. Su detención y el desmantelamiento de su pequeña fábrica de queso artesanal fue transmitido por la televisión para que todos estén alertas porque el régimen siempre te vigila como el Gran Hermano.
Al ganadero artemiseño, según el reporte emitido por el Sistema Informativo de la Televisión Cubana, le fueron confiscados 316 litros de leche, 353 libras de queso, 140 litros de cloro, dos pesas, cántaras, moldes, tanques de acero de procedencia industrial, una máquina selladora de nailon y otros implementos.
El régimen cubano, a modo de escarnio, se ha lanzado a luchar contra las ilegalidades y el mercado negro existente en la Isla. La pandemia por el nuevo coronavirus ha sido el escenario para todo el show mediático que se ha desatado en la televisión cubana. El acaparamiento y el desvío de recursos está en las mirillas de la dictadura, que los ha permitido por años pero que ahora lanza las redes para atrapar a sus propios empleados, funcionarios y a cubanos de a pie que solo buscan una manera de sobrevivir.
