La represión del régimen, en su modalidad de detenciones temporales arbitrarias, empezó temprano en este recién iniciado 2020. Este sábado fue el turno nuevamente del músico opositor Gorki Ávila, detenido por la policía durante unas horas por su tenencia de carbamazepina, un medicamento que requiere desde hace 30 años para tratar su epilepsia y migraña.
Pese a que explicó a las autoridades desde el momento de la detención que no estaba cometiendo ninguna ilegalidad, los policías de turno no oyeron razón y apartaron a Gorki del amigo con el que compartía y bebía unas cervezas, para luego trasladarlo a la quinta unidad de Playa.
El disidente lo narra así en su Facebook:
“Los esbirros uniformados de azul conocidos también como la PNR abren la cacería de principio de año haciendo abuso de su ya consabido modus operandi de atropello maltrato y despotismo, pero a mi modo de ver, con una obvia tendencia a subir la parada.
Esto pude constatarlo por experiencia propia ayer sábado mientras me hallaba sentado con un amigo en la esquina de una cuadra cercana a mi casa cuando una patrulla, también llamada muy creativamente por algunos cubanos como “la Yabó de la felpa azul”, frena repentinamente y da marcha atrás para salir de ella 3 policías que de manera agresiva y acusatoria nos ordenan abrir nuestras mochilas.
Yo en un principio me niego alegando que ellos sabían que ese no era el protocolo de registro y que para lo cual no tenían derecho en medio de la vía pública, esto los provoca más a hacer el irregular registro y al encontrar mi medicamento para la epilepsia me conducen a la quinta unidad de playa muy contentos de tener en mí el gran delito de posesión y tráfico de drogas.
En el trayecto hacia la estación les dije en repetidas ocasiones que esa gasolina que le regalaban la estaban botando ya que yo poseía los documentos probatorios de la legalidad de ese medicamento que tomo por casi 30 años.
Mientras esperaba en la estación policial por el llamado “tarjetón” de la carbamazepina pude ver no pocos jóvenes que eran conducidos hacia las celdas traseras lo cual para mí es una muestra de que el 2020 augura un aumento en la represión que claramente es directamente proporcional al miedo que tiene la tiranía por una inevitable explosión social.
Agradezco a todos los amigos que se solidarizaron conmigo de manera inmediata y que al igual que yo esperan que Raúl la china, el alcohólico general sin batalla, se muera lo más rápido posible. Abajo el castrismo”.
Afortunadamente, fue cuestión de horas que liberasen a Gorki Águila. Su detención captó la atención de varios activistas, que rápidamente, ante la alerta de amigos del músico, empezaron a manifestarse en redes sociales para pedir su liberación.
Pudiera pensarse que fue una casualidad que esos policías pasasen por allí y que solo hacían una inspección de rutina para detectar lo que finalmente creyeron habían detectado, ante un supuesto desconocimiento de la persona y trayectoria política de Gorki. Sin embargo, con el régimen hay muy pocas casualidades.
Lo más probable es que haya sido un nuevo llamado de atención al músico, sencillamente para hacerle ver, a él y a otros, que las miradas están puestas sobre su vida y acciones, y que cada vez que se estime necesario será detenido y apartado de su cotidianidad sin más.