Embajador cubano en Washington duda que el atacante sea un "perturbado mental"

Según José Ramón Cabañas, la enfermedad mental de Alazo es un invento de los medios estadounidenses, que están controlados por el gobierno
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El diario Granma, gramófono del Partido Comunista de Cuba, volvió a tratar el tema del tiroteo a la embajada y, como era de esperar, lo hizo poniendo en duda el informe de la policía y acusando al gobierno estadounidense de forma velada o abierta.

Esta vez el protagonista es el embajador de Cuba en ese país, José Ramón Cabañas, quien dudó de las declaraciones sobre el estado mental del atacante, Alexander Alazo, confirmada por familiares y amigos del hombre de 42 años, sobre el que pesan varios cargos.

“Se ha hablado de las supuestas condiciones mentales del individuo y algunas personas comienzan a asimilarlo como el contenido de una serie de televisión. Pero es difícil pensar que un perturbado mental puede acceder a una licencia de conducción fácilmente, puede tener facultades para manejar y encontrar un punto en un mapa, poseer y accionar un arma de asalto y después no estar tan perturbado como para no ofrecer resistencia a la policía”, declaró el medio.

El embajador sugirió que el sistema de medios de Estados Unidos funciona como el cubano: controlado por un poder central y sin mucho espacio para la independencia y la iniciativa. A su juicio, la afirmación de que Alazo es un enfermo mental es pura cortina de humo.

“Al parecer hay alguien tratando de lograr una matriz de opinión incluso antes de que se conozca la información de manera oficial. En Estados Unidos no se filtra cualquier información, se filtra sólo aquello que funcionarios de alto nivel desean que se filtre. Adelanto que no puede haber ninguna razón que justifique tal agresión, que es por su naturaleza un acto de terrorismo”.

Intencionalmente, el embajador olvida que hay medios de prensa de izquierda y de derecha en Estados Unidos, favorables al Partido Demócrata y al Republicano, liberales y conservadores, admiradores de Trump y críticos… Esos medios han revelado maquinaciones de los gobiernos, han denunciado la corrupción, han impugnado guerras y planes económicos, como no hace ningún medio oficialista en Cuba. El caso más famoso es Watergate, que acabó con la carrera política de Richard Nixon.

Tanta es la libertad de prensa y expresión en Estados Unidos, que hasta se respeta a los defensores del castrismo, quienes pueden decir lo que piensan sin que, póngase como ejemplo, los persigan del mismo modo en que el castrismo persigue a sus críticos.


Granma viene publicando textos de este tipo para dar su punto de vista –el del Gobierno- sobre el suceso. Ayer apareció otro donde casi culpa al Washington de estar tras el “atentado terrorista”.

En el artículo, Granma pide cuentas a la Casa Blanca por su “tibio comportamiento” ante el tiroteo contra la embajada y califica de “doble rasero” la actitud de aquel gobierno, sin mencionar la comunicación de condena que la diplomacia estadounidense envió al canciller Bruno Rodríguez.

Sobre la presunta falsedad de la enfermedad de Alazo, es un desequilibrado mental enfermo de esquizofrenia

Un pastor evangélico residente en la Florida, que mantiene relación de amistad con el sospechoso por cuestiones de fe, dio a conocer esta noticia y agregó que Alazo estaba obsesionado con que lo perseguía la Seguridad del Estado, la policía política del régimen.

Según la esposa de Alazo, él se encuentra bajo tratamiento y recientemente el doctor que lo atiende reconoció que los medicamentos que le han sido indicados, ya no le resultan.

 

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