La madre del preso político Ernesto Borges Pérez, condenado a treinta años de cárcel tras filtrar información sobre espías cubanos que se preparaban para infiltrarse en territorio norteamericano, falleció este viernes de un infarto, informaron medios independientes.
Santa Ivonne Pérez Díaz, de 74 años de edad, habría sido ingresada desde el pasado jueves en el Hospital Calixto García de la capital a causa de una linfangitis que le afectaba una de sus piernas.
“Tuvimos que trasladarla desde San José de las Lajas, porque en el hospital aquel no había un médico de guardia, o sea un angiólogo, y tuve que moverme para traerla para el Hospital Calixto García”, declaró a Cubanet César Borges Pérez, uno de sus tres hijos.
Según explicó César a Cubanet, su madre, quien padecía además de una cirrosis hepática, fue atendida en el corto tiempo de su ingreso por diferentes médicos, y solo el último en atenderla fue quien pudo darse cuenta que la misma se encontraba en estado de deshidratación.
Estaba deshidratada, había que alimentarla, y la presión la tenía en 50 con 90 por tanto había que haber precavido eso. Por esto y por muchas cosas que pasaron voy a dedicarme a averiguar si hubo negligencia, porque, además, un ultrasonido que había que hacerle para saber en qué parte estaba el trombo, tampoco se le hizo’’ puntualizó César.
Las autoridades permitieron a Ernesto Borges Pérez asistir al funeral de su madre acompañado de la policía, pero sin interactuar con el cadáver ni con miembros de su familia, contó su padre Raúl Borges.
Borges Pérez, de 51 años, no es un preso político cualquiera. Este excapitán de la Contrainteligencia del régimen ha cumplido 19 años cárcel de una condena de 30 por "tentativa de espionaje".
Ernesto trabajaba como analista del Departamento 1 de Contraespionaje y Juegos Operativos de la Direccion Nacional de Contrainteligencia del Ministerio del Interior (MININT), que se encargaba de atender las sedes diplomáticas en Cuba y priorizaban a la entonces Sección de Intereses de los Estados Unidos.
De allí sustrajo documentos donde estaban los nombres de 26 espías que el Gobierno cubano tenía en fase preparatoria para posteriormente introducirlos en Estados Unidos y países de la OTAN. Esa información trató de hacerla llegar a un funcionario de inteligencia norteamericano, aunque el trabajo operativo de la Contrainteligencia cubana evitó que pudiera entregar esa información.
Fue detenido el 17 de julio de 1998 y acusado de tentativa de espionaje. La Fiscalía militar le solicitó pena de muerte, que fue conmutada por 30 años de cárcel.
Su padre, Raúl Borges Álvarez, presidente del Partido por la Unidad Democrática Cristiana de Cuba y miembro del Comité Coordinador del Foro por los Derechos y Libertades, encabeza junto a las Damas de Blanco la lucha por su liberación.
Cuenta que cuando el cardenal Jaime Ortega Alamino intercedió en 2010 por su hijo ante Raúl Castro, el general respondió que los exmilitares presos "eran un asunto de él".
