La embajadora de Estados Unidos ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Michèle Taylor, condenó este viernes el exilio forzado al que el régimen cubano somete a activistas y críticos.
“El gobierno de Cuba usa el exilio forzado como otro intento de silenciar a los defensores de los derechos humanos e intimidar a quienes critican al régimen. Condenamos públicamente estas acciones”, escribió Taylor en Twitter, a partir de la negativa del régimen de la isla a que la activista y profesora universitaria Omara Ruiz Urquiola regrese a Cuba tras recibir tratamiento médico en Estados Unidos.
El exilio forzoso de Ruiz Urquiola, antecedido por el de la también activista Anamely Ramos y el de otros opositores y defensores de los derechos humanos, motivó una huelga de hambre y sed de su hermano, Ariel Ruiz Urquiola, durante 12 días en las inmediaciones del Palacio Wilson en Ginebra, Suiza, sede de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).
Ariel Ruiz Urquiola depuso su huelga el viernes, después del comunicado de prensa emitido por el Alto Comisionado de DDHH de Naciones Unidas, a través del periódico Tribune de Geneve.
“En toda esta pelea de 12 días en la calle conociendo gente y viviendo como homeless, pero muy arropado con personas, todos los que han pasado por aquí se han convencido de que el palacio Wilson es el albergue de toda una burocracia morosa en contra de los DDHH, creo que ha contribuido a quitar la careta y creo que Michel Bachelet es una persona muy nefasta para los DDHH de las personas de a pie”, afirmó el activista en declaraciones al youtuber cubano Alexander Otaola, que pudieron escucharse en una directa realizada por la periodista cubana Iliana Hernández.
La huelga de hambre tuvo como objetivo lograr un “pronunciamiento firme” de la ACNUDH contra las represalias de las autoridades de La Habana contra su familia, cuyo más reciente episodio ha sido el destierro de su hermana Omara Ruiz Urquiola.
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También pretendía que la organización se pronunciara sobre un documento previamente entregado por Ariel Ruiz Urquiola, en el cual acusa al régimen cubano de atentar contra el padecimiento de cáncer de Omara y de presuntamente inocularle a él el virus del VIH mientras se encontraba prisionero en Cuba por motivos políticos.
Cuba es miembro del CDH desde 2021 y su membresía expira en 2023. La crítica pública de la embajadora de EEUU ante ese organismo expone de nueva cuenta varias de las razones por las que la membresía de La Habana al Consejo resulta cuestionable, como alegaron antes de la elección en 2020 organizaciones civilistas como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, UN Watch y Human Rights Foundation.
Las organizaciones advirtieron en ese entonces que varias dictaduras querían ser miembros del Consejo de Derechos Humanos aunque no cumplían con normas de democracia y transparencia, tal y como el régimen demuestra con el hostigamiento a la familia Ruiz Urquiola y el exilio forzado de activistas.