Una cubana se quejó este vienes por medio de Facebook del mal estado del picadillo que obtuvo a través de la libreta de abastecimiento, en el reparto La María Luisa, San Miguel del Padrón, al sureste de La Habana.
“Hasta cuándo” continuará esa situación, dijo la mujer, que en Facebook se identificó como Machy Cuba.
La cibernauta mostró una foto del picadillo o carne de res molida, con la que se elaboran diversos platillos de la gastronomía cubana y, en efecto, se ve claramente que la carne tiene un tono grisáceo o marrón, señal evidente de que dejó de ser fresca hace un buen rato.
Sus seguidores en Facebook inmediatamente comentaron al respecto.
“Qué coño es eso, yo pensaba que era un animal muerto”, escribió Martica Portal, y con alguna razón, pues el producto, así como se muestra en la foto, tiene el aspecto como de algún tipo de reptil e, incluso, se diría que parece un pulpo.
Portal agregó: ¡Dios mío, qué horror!, y después me dijo una amiga que en Cuba se vive mejor”, a lo que la creadora del post, Machy, replicó: “Dile a tu amiga que no te engañe”.
Edicta Castillo comentó: ¡Asco, pero no nos quejemos!, mientras que Roymel Escobar añadió: “No es fácil y todavía hay quien dice que hay revolución pa´rato”.
Sin embargo, no fue posible verificar independientemente si la carne estaba en mal estado a la hora de obtenerla, o estaba en buenas condiciones y por un mal manejo, como mala refrigeración, se fue descomponiendo con las horas.
Con la cartilla de abastecimiento es cada vez más difícil obtener suficientes productos y de buena calidad, y eso no es algo nuevo, según reportes periodísticos.
Ya en 2013 un reportaje de Radio Televisión Martí advertía de esa situación.
La estación dijo que hace más de medio siglo que la “naciente la revolución castrista” implantó la llamada libreta de abastecimientos, un sistema de racionamiento de los alimentos con el objetivo de supuestamente garantizar que los productos básicos fueran asequibles a toda la población.
Las cantidades son pequeñas y alcanzan apenas para unos 10 días y los pobladores de la isla han de arreglárselas comprando en el mercado negro, para poder sobrevivir y arribar a fin de mes, añadió el reporte.
Detalló que arroz, pollo, azúcar, leche, huevos, café, aceite, frijoles, papas, espaguetis y gas para cocinas se venden por libreta.
Pero, añadió, lentamente se han ido retirando productos como los cigarrillos, los habanos, la pasta dentífrica, el jabón o el puré de tomate.