Arturo Cuenca Cigarreta, figura central de la Nueva Plástica Cubana, murió en Miami en circunstancias no esclarecidas. La noticia comenzó a circular entre amigos, colegas y admiradores de su obra, durante la noche de este jueves 19 de agosto, luego de que encontraran su cuerpo en el apartamento que habitaba en el North West.
Cuenca, quien falleció a los 65 años, era un artista visual que trabajó la pintura, el diseño, el grabado y la fotografía.
Todavía es recordado su altercado con Carlos Aldana, por entonces ideólogo comunista, a quien en presencia del ex dictador Fidel Castro increpó públicamente por sus ataques a los artistas cubanos críticos. Cuenca terminó exiliándose en los Estados Unidos en 1991.
Su deceso ha provocado conmoción entre personalidades de la cultura cubana en la isla y el exilio, quienes expresan su pesar en decenas de mensajes de redes sociales, y resaltan la impronta en el arte cubano del irreverente creador.
El pintor Ángel Delgado recibió como una “triste noticia la partida de mi buen amigo y gran artista Arturo Cuenca, sin dudas una gran pérdida para el arte cubano e internacional, luz siempre para él”.
La escritora Daína Chaviano lo definió como “el eterno flaco de las gafas estrafalarias, pintor filósofo, sabio locuelo de aquellos años 80, cómplice de los tiempos en que tantos artistas de mi generación nos dedicábamos a crear islas dentro de una isla eternamente maldita para no morirnos de asfixia espiritual”.
Chaviano está convencida de que Cuenca quedará “en el panteón de mi generación. Siempre entre los más iconoclastas, siempre con un piropo imaginativo por saludo. Te extrañaremos, flaco. Y sí, las ninfas seguimos existiendo bajo la mirada de poetas como tú”.
Por su parte, el joven artista Julio Llópiz-Casal expresó: “Entre los valores indiscutibles de un artista total, se encuentran la osadía combinada con delicadeza y la resistencia a dejarse pegar esa fea etiqueta (en el cogote, la frente o la mejilla) que el establishment necesita a veces posicionar para sentir que un artista le es útil. Arturo Cuenca poseía estos entre muchos otros”. Añadió que era “uno de los creadores más auténticos y salvajes de su generación”.
Sandra Ceballos Obaya, fundadora de Espacio Aglutinador, recuerda al creador “todo energía, fuerza, raro, sensible, explosivo y brutal. ¡¡Quién dice que se fue!!
El fotógrafo Frank Guiller (en Facebook como Rank Uiller Uiller), dirigió un emotivo mensaje al pintor: “EPD hermano te voy a extrañar, espero volver a encontrarnos en esa parte celeste donde los artistas van a seguir soñando, tú estancia fue breve pero definitoria. Adiós querido Cuenca”.
El fotógrafo Sebastián “Sebas” Elizondo, dijo que pocas veces conoció a “un tipo que viviera la vida tan intensamente, aunque algunas veces del lado contrario, para él era todo apasionante, desde el marxismo al trumpismo.
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Añadió que Arturo Cuenca “no pedía clemencia para el adversario, para él una batalla dialéctica era de ganar o morir, hace muchos años aprendí a no llevarle la contraria. Un abrazo inmenso donde quieras que estés hermano”.
Carlos Celdrán, reconocido dramaturgo y director de teatro, dijo sobre Cuenca que “su obra ingeniosa y sorprendente, además de su forma de ser irrepetible, marcaron una Habana y unos días que, me empeño en pensar, fueron memorables”.
La curadora, crítica de arte y ensayista Janet Batet se refirió a la inesperada muerte del artista: “Qué triste todo. Así quiero que se quede en mi mente: Irreverente, loco, con esas preguntas fuera de lugar que sacaban de paso a cualquiera, con esa obra pérfilo-cortante, irrepetible, y con sus zapatos infinitos, la punta siempre apuntando al cielo. Baila Cuenca, danos el ánimo que ahora nos falta. Te abrazo”.
El realizador audiovisual Juan Pin Vilar deseó “buen viaje Arturo Cuenca. Gracias por enseñarme –de arriba a abajo– New York. Mi generación no podrá olvidarte. Siempre fuiste un artista total, un hombre diferente. Lo fuiste tanto que el círculo se cierra temprano. Veo a los de hoy escandalizar y me dan risa. Tú lo creaste todo desde el alma e hiciste de la ciencia: ideología. Luz para ti hermano”.
El poeta Alex Fleites, el ensayista e historiador Rafael Rojas, el cineasta Carlos Lechuga, también lamentaron el deceso. La escritora y curadora cubanoamericana Coco Fusco lo calificó como “una fuerza creativa inolvidable”.
Arturo Cuenca era natural de Holguín. Durante su formación como artista cursó estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes San Alejandro, y estudió Literaura en la Escuela Nacional de Instructores de Arte. Irrumpió como una de las figuras más controvertidas de la generación de los años 80.
Fue fundador en México del centro cultural “NinArt”, en colaboración de Nina Menocal. En fecha tan temprana como 1992, Arturo Cuenca mereció el premio de la Fundación Cintas, de Nueva York, por su relevante aporte a las artes plásticas.
Expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana (1983); Rotterdam Art Space Gallery, Holanda (1986); Galería del Auditorio Nacional, México (1989); Intar Latin American Gallery, Nueva York (1993). Participó en la XI Bienal de París y la Feria de Arte Contemporáneo Guadalajara’92, entre otros eventos.
Obras suyas integran colecciones del Center for Cuban Studies y la Cintas Foundation, Inc., en New York; la Fototeca de Cuba; la Galería Nina Menocal y el Museo Nacional de Bellas Artes, entre otras instituciones.
Imagen de portada: tomada de un post público en Facebook del fotógrafo Frank Guiller