La instrucción del español en Cuba apenas alcanza para enseñar lo básico a sus estudiantes y ya el gobierno firmó un acuerdo con China para introducir el complicadísimo idioma asiático en las escuelas primarias y secundarias.
El convenio entra en vigor este martes y continuará por dos años. China aportará bibliografía, profesores y la logística necesaria. Además, Beijing autorizará 200 becas anuales para que alumnos cubanos cursen estudios de superación allá, según informa la Agencia Cubana de Noticias.
Al parecer La Habana padece de nostalgia lingüística, pues cuando la Unión Soviética era el benefactor de la Isla las autoridades impusieron la enseñanza del ruso, idioma no menos difícil y de triste recordación para toda una generación de cubanos, que hoy nada saben de ruso y cuyos hijos prefieren el inglés.
Hasta ahora se desconocen detalles de este peculiar contrato entre Cuba y China, pero el viceministro de Educación asiático, Zheng Fuzhi, y su homólogo cubano, Eugenio González, elogiaron las posibilidades de intercambio y de mejoría en el sistema educativo de ambos países al sellar el acuerdo, en el Centro de Convenciones del Ministerio de Educación.
China es el segundo socio comercial de la Isla, y principal proveedor de tecnología. La nación asiática apoya firmemente la política exterior cubana en muchos aspectos, como la oposición a Estados Unidos y el sostén de aliados comunes, entre ellos Corea del Norte y Venezuela.
El gobierno chino, que logró sacar a la mayor parte del país de la miseria y convertirse en una potencia económica, ahora prueba otras formas de expansión. Entre ellas figura el llamado soft power: la divulgación de su cultura, usos lingüísticos y costumbres con el propósito de crear una opinión favorable hacia China entre aliados estratégicos.