Castrismo sugiere que cubanos comen mucho pan y por eso hay colas

En otro ejemplo más de su hábito de justificar todas sus carencias fuera de su incapacidad, el castrismo sugiere en un artículo de Cubadebate que las colas para comprar pan y otros productos similares se deben a que los cubanos comen mucho
Producción de pan en Cuba. Foto: Cubadebate
 

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Para el régimen cubano y sus órganos de propaganda disfrazados de medios de comunicación pública, todo lo que va mal en el país tiene explicaciones lógicas y coyunturales. Nunca es culpa de la insuficiencia e incapacidad productiva de una economía férreamente controlada por un gobierno atada a supuestos principios inviables, sino de factores externos o internos que deben solventarse.

En otro ejemplo más de esa línea discursiva, este miércoles 18 de noviembre el oficialista Cubadebate sugiere que las colas que a diario se ven en La Habana y prácticamente todo el territorio nacional para comprar pan y otros productos similares se deben a que los cubanos están comiendo mucho lo producido por las panaderías.

El medio reconoce que la alta demanda del “sagrado” alimento, como dicen los abuelos, se da en un contexto marcado por la escasez de otros como arroz y viandas, lo cual tensa “la cuerda de los planes que no logran satisfacer por completo y de forma sostenida las necesidades de la población”.

Sin embargo, lejos de cuestionar a fondo hechos que apunta, como el eterno sobrecumplimiento en Cuba de planes que al final no son coherentes con las dinámicas del mercado interno, se queda en la exposición de la insuficiencia y no logra que los funcionarios entrevistados compartan cursos alternativos de acción que mejoren el escenario actual.

Lógicamente, no faltaron las menciones al supuesto bloqueo y sus afectaciones, así como tampoco las “creativas” soluciones que se prevén para solventar la escasez de harina de trigo.

Afirma Cubadebate que “el pan de la canasta básica no parece tener ese tipo de sobresaltos y continúa como el principal objeto de la industria alimentaria”, aunque el que se vende de forma liberada, al que acuden mucho los cubanos para saciar su apetito ante la falta de opciones, “no corre con la misma suerte”.

Según Daniel Cobas Cheva, director de la Empresa Cubana del Pan, la entidad a su cargo cuenta con 366 panaderías distribuidas en todo el territorio nacional.

“En el 2020 se han incrementado los niveles productivos superando el plan acumulado hasta octubre en 3838 toneladas de pan. A pesar de las tensiones económicas con las que estamos trabajando, producto del recrudecimiento del bloqueo de los EEUU a Cuba y la situación existente por la COVID-19, nuestras panaderías cuentan con el aseguramiento para ofertar los productos todos los días””, aseguró al referido medio oficialista.

A este respecto, a lo más que llega Cubadebate es a subrayar que “los planes escritos sobre el papel no coinciden con las dinámicas de la realidad” muchas veces (costaba mucho decir que en Cuba es casi siempre), lo que hace que “la pata se quede coja del lado del consumidor”.

Ante esa situación, que en el reporte se refiere como “sobregiro alimenticio”, el directivo entrevistado aseguró que se seguirán aumentando las producciones en los lugares que demanden una mayor oferta. 

“Equilibrar la oferta y la demanda en la producción de pan, resulta más que apremiante en momentos en que se originan desplazamientos en el consumo ante la falta de alternativas para la alimentación. Una verdad de Perogrullo que se hace más latente, cuando a falta de pan, tampoco podemos decir ‘casabe’”, concluye Cubadebate, que probablemente tendrá que volver a abordar el tema de la escasez de pan y otros alimentos y artículos, malabares mediante, porque, aunque no lo reconozca explícitamente, la escasez seguirá agobiando la existencia de los cubanos y no precisamente porque coman mucho.

 

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