Por primera vez en casi 30 años el hospital Frank País de La Habana terminó con éxito una de las operaciones quirúrgicas más trabajosas de la ciencia médica: el reimplante de un dedo, cuyo dueño, el carpintero de 34 años Ahmed Campuzano, actualmente se recupera de la intervención sin más preocupaciones que prestar mayor atención cuando vuelva a encender la cierra de carpintería.
Ahmed llegó desesperado, con la mano izquierda ensangrentada, a los predios del hospital sobre las 2 de la tarde del 4 de noviembre. “Ahí estaba el muchacho con el dedo en un pomo, pidiéndonos ayuda. No lo pensamos dos veces. En menos de una hora armamos el equipo para hacer la cirugía y con el apoyo del director movilizamos a enfermeros, anestesistas y personal administrativo”, declaró al diario Juventud Rebelde uno de los cirujanos, Livan Peña Marrero.
“Llamamos al doctor Raúl Hernández Gutiérrez, jefe de servicio del Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, cirujano de mano y microcirujano excelente, quien vino de inmediato a hacer junto a nosotros esta operación en la que participaron, además, los doctores Mario Bernal González y Paumier Felipe Ibarra, ambos del Frank País”.
“La cirugía duró seis horas. Terminamos a las 11:30 p.m., agotados pero felices”.
“A principios de la década de los 90 se hizo un reimplante de mano en el Frank País. La cirugía tuvo éxito pero nunca más se hizo. De implante de dedo es la primera que se hace, aunque hay antecedentes de cirujanos que en ocasiones lo han hecho en otros hospitales”.
“Es una lesión muy grave. Para restablecerla se requiere de un equipo multidisciplinario con tres o más cirujanos de mano y experiencia en microcirugía. Se necesita un salón de operaciones con condiciones y anestesistas preparados para hacer operaciones de larga anestesia que demoran entre seis y ocho horas como promedio”.
Una de las partes más complejas y trabajosas es la sutura de las pequeñísimas venas al interior del dedo: deben unirse nuevamente a la mano, una por una, con precisión de relojería suiza, para que el miembro conserve la irrigación sanguínea necesaria, agregó el especialista.
“Al concluir constatamos la existencia de una buena circulación sanguínea en el dedo que tiene también un adecuado color y temperatura. La atención posoperatoria es igualmente muy importante. El doctor Ricardo Martínez y su equipo de Cuidados Especiales velan día y noche la recuperación del paciente”.
Livan Peña Marrero tiene más de dos décadas de experiencia en microcirugías. Ha recuperado dedos parcialmente amputados, y suturado arterias, nervios y venas. En 1998 participó en el reimplante de una mano. El doctor Raúl Hernández cuenta es experto en injertos vascularizados de músculo y piel, transferencias nerviosas, lesiones del plexo. Participó en reimplantes con anterioridad. También el doctor Mario Bernal sobresale por su experiencia en la especialidad, destacándose en intervenciones de nervios periféricos y plexo braqueal.