Activistas y protectores de los animales declararon sentirse satisfechos con la reunión sostenida hoy con directivos de Zoonosis, a pesar de encontrarse allí miembros encubiertos de la Seguridad del Estado que enrarecieron el ambiente con sus prácticas habituales.
“Entramos escépticos dada la historia de falta de voluntad política para resolver problemas señalados en múltiples ocasiones. Salimos más confiados en que este podría ser un comienzo”, confesó Valia Rodríguez, quien participó en el encuentro.
“Estaban presentes además de nosotros, la Dra. Yusaima, de la Dirección Nacional de Zoonosis y Enfermedades Trasmisibles, los doctores Tania y Armando de la Dirección Provincial Habana, y otras tres personas que dijeron ser del MINSAP pero que estamos seguros son “amiguitos” de la Contrainteligencia”.
“Lo triste fue darnos cuenta que los móviles entregados de buena fe fueron revisados y violados por otros ‘amigos’ de la Contrainteligencia. No era extraño, ya que no se cansan de visitar a los protectores buscando no sé qué, o si sé pero me entristece, como hicieron anoche con muchos de nosotros. Visitas respetuosas pero que no dejan de sentirse como acoso”, denunció Rodríguez.
Hace unas horas la también activista Odalis Jaramillo reveló en su cuenta de Facebook la manipulación de los teléfonos. Sin embargo, Rodríguez declaró: “no dejaremos que ese acto bajo y de desconfianza de la Seguridad cubana, empañe lo avanzado hoy con el Ministerio de Salud Pública”.
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Durante la reunión, los participantes dialogaron sobre “la recogida de perros que no representan peligro, de cómo ayudar al programa de rabia sin matar animales sanos, de la inhumanidad del sacrificio con estricnina, de las esterilizaciones como método de disminuir poblaciones callejeras y con ello el riesgo de trasmitir enfermedades”, entre otros temas.
Los carros de Zoonosis han aumentados su recogidas, y los activistas no han tenido tiempo siquiera para rescatar a los animales de los refugios estatales, pues según han dicho, la institución estaría incumpliendo sus propios protocolos y asesinando a los animales antes del tiempo reglamentario, para hacer más espacio en las instalaciones de retención.