La contaminación, la insalubridad y la desidia te dan la bienvenida a este barrio, donde la salud de quienes lo viven peligra, y aunque se ha denunciado la situación una y otra vez, nadie hace nada por limpiar la zona.
“La entrevista se debería llamar "El área que no se ve" - nos comenta el vecino Raúl Cos- ¿Por qué? Porque simplemente eso está invisibilizado. Esto lleva años así, yo creo que desde que se hizo este barrio. Pero el tema del urbanismo aquí abajo está abandonado y eso se ha planteado ya a todos los niveles. Nadie puede decir que no se le ha dicho o que no lo sabe, porque a todos los niveles se ha planteado. Se ha hablado con el Gobierno, se ha hablado con Comunales, se ha hablado con Salud Pública, con hidrología, con acueducto y alcantarillado. Ellos ahora con el tema del aniversario 325 de la ciudad empezaron a hacer cosas, porque esto no daba más. Pero realmente parecía que era, como se dice, para tapar la letra de las cosas que están sucediendo. Ellos en realidad, no digo que sean directamente responsables, pero sí son los que tienen que ocuparse de este caso, porque nosotros no tenemos recursos. Todos los vecinos de aquí abajo se quejan. Mira la esquina como está”.
Desgraciadamente, el barrio "Yuca agria" ha venido a convertirse en el vertedero de los barrios del norte. Se acumulan escombros, la basura se expande por doquier y las aguas contaminadas bajan e inundan la zona como si aquí no viviera nadie, como si no afectara la vida de los pobladores. Y para colmo de males, las instituciones responsables hacen caso omiso y no mueven un dedo por controlar la contaminación ambiental.
Cuenta Raúl Cos que: “Aquí abajo vienen a parar todas las aguas de las calles de allá arriba donde hay fosas rotas, salideros de agua. Cuando se va el agua, esto se seca. Cuando viene el agua, las fosas empiezan a desbordarse y si te das cuenta, mira cómo está esta situación. Aquí abajo viene la gente de Salud Pública con Vectores y entran en las casas, porque nosotros les permitimos entrar en las casas. Y hay vecinos que dicen "No entran más, porque en definitiva lo que está adentro de mi casa viene de afuera". La otra situación es que esto se convierte en un vertedero, porque como no es de nadie, todo el que tiene escombros que botar, todo el que tiene basura que botar, viene y la descarga aquí. Nosotros lo hemos planteado ya varias veces en Rendiciones de cuentas, en las reuniones con el Gobierno”.
Ni los mismos vecinos logran comprender cómo pueden vivir en un lugar tan insalubre, donde sus hijos pueden enfermar con facilidad. Pero la realidad es que no tienen a donde ir. Sin recursos y sin voz, una voz que se silencia por las personas responsables y capaces, la situación parece no tener solución, cuando depende de la voluntad y la conciencia de quienes nos dirigen.
“Ustedes pueden ver que al fondo queda la Ronera Yucayo- nos dice la vecina Estrella Márquez Drake- una fábrica que es hasta Vanguardia Nacional. Miren en qué condiciones está. Sus alrededores están igual e incluso las calles se inundan cuando llueve por falta de limpieza en sus contenes. La hierba crece por el agua constante que tiene. Esa zona de allá atrás de la fábrica es un pantano. La gente de la fábrica se ha quejado. Imagínate, nadie atiende la situación. Entonces seguimos en lo miso”.
Ernesto Santana González nos alerta e insiste: “Hace unos días llovió tanto que no podía salir. El agua llegaba a la rodilla. Allí hay niños que van a la escuela primaria, y las madres tienen que sacarlos al hombro porque no puede salir por la cantidad de agua”.
Sin embargo, sí hay presupuesto, sí hay recursos, sí se restauran otros lugares de interés turístico y cultural. El "callejón de las tradiciones", inaugurado hace más de 5 años, que recibe la visita de muchas personalidades extranjeras, incluso compañías que dan apoyo, se ha restaurado ya varias veces por su valor patrimonial, pues constituye una tradición del barrio de Pueblo Nuevo y sobre todo de Matanzas.
“Ese callejón lo han reparado totalmente -aclara Estrella Márquez- pero por qué las calles aledañas a él tienen que estar en esa situación. Nosotros nos encontramos en el mismo centro de ese callejón y sin embargo desde que se creó ese lugar, no han tocado las calles.
La acumulación de basura y de aguas albañales, así como la existencia de una zona pantanosa, solo dan lugar a enfermedades transmitidas por vectores peligrosos como las ratas y el mosquito Aedes Aegypti. Los vecinos, víctimas de dengue y de picadas infestadas, ya no toleran la inercia de las personas responsables de tanta insalubridad.
“Aquí no se ha cogido una enfermedad, aquí no se ha cogido una epidemia, yo digo, porque la gente está inmunizada, aquí la gente está acostumbrada a eso. Los mosquistos están... si te sientas en la sala los mosquitos te levantan en peso ahora de día”, lamenta Raúl Cos.
Sin un control, sin una conciencia ecológica responsable, sin la toma de medidas pertinentes, sin la presencia de inspectores que ayuden a controlar la contaminación, la zona de Yuca agria está destinada a la decadencia y a la suciedad.
“Yo se lo dije a Teresa Monzón, la Primera Secretaria del Partido, que había que poner un inspector. Y nada, no se hizo nada”, lamenta Ernesto Santana González, quien además trabaja en Comunales. Recuerda que en una ocasión hicieron una limpieza y apenas terminaron vino un camión y descargó una pila de basura. “¿Qué lleva eso? Decomisarle el camión, porque para colmo era del Estado”.
Es una pena y una falta de sensibilidad y de respeto que no escuchen el reclamo de la población y mucho más lacera que no se haga algo para contrarrestar el impacto negativo de la contaminación ambiental. Se trata de cambiar la mentalidad y de dar el primer paso para cuidar nuestra propia salud, desde una actitud ecológica responsable. Solo se necesita una ayuda, un poco de recursos y de organización para devolverle el brillo a Pueblo Nuevo.
Pese a las quejas de los pobladores, nadie hace nada y parece que la condena quiere que en la zona la yuca y la vida sigan siendo agrias.