Venta de sangre: un negocio furtivo del régimen cubano

De 1995 a 2019, La Habana ingresó 800 millones de dólares por la venta de sangre a otros países, según una investigación comentada por el diario español ABC.
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Una economía parásita, incapaz de generar riqueza por sí misma, ha sido el legado de 60 años de socialismo en Cuba, aseguró este 3 de febrero Susana Gaviña, del diario español ABC.

Desde la ayuda soviética hasta el petróleo venezolano, el Gobierno ha buscado los métodos para mantener a flote sus finanzas sin preocuparse por generar un modelo de desarrollo a largo plazo.

Últimamente, “esto llevó al Gobierno cubano a intensificar el comercio de exterior de algunos de sus productos estrella, como la venta de sangre y derivados de esta, sin el conocimiento de los donantes cubanos”, precisa Gaviña.

A ello se sumó, años más tarde, la venta a otros países de los servicios prestados por trabajadores profesionales, como médicos, ingenieros, educadores, marinos o deportistas, de cuyos salarios el régimen se apodera en un 70 u 80 por ciento.

En los últimos años, la ONG Archivo Cuba ha sido quien ha dado la voz de alarma sobre el comercio con la sangre, una actividad menos conocida que las misiones. Su directora, María Werlau reconoce, en conversación telefónica con ABC, que tuvo noticias de este comercio en 2013, “a través de un periodista que me llamó para decirme que la primera exportación de Cuba a Uruguay era sangre. Fue ahí donde empecé a indagar sobre este tema”.

En la actualidad, la investigadora trabaja en un libro sobre el tema, en el que aborda y documenta temas como las exportaciones de sangre y sus derivados, de tejidos, glándulas y órganos humanos; el turismo sanitario y de trasplantes, y el mercado de la biotecnología en Cuba.

Según la ONG, entre 1995 y 2019, el régimen habría recibido casi 800 millones de dólares por la venta de sangre. Según sus datos, el mejor año habría sido 2011, cuando el estado ingresó casi 63 millones de dólares; mientras que los peores fueron 2008, con 14 millones, y 2019, con 16 millones de dólares.

Entre los países con un volumen de compra mayor destacan aliados como Rusia, Irán, Venezuela, Brasil, Argentina y Ecuador. Estos últimos, con cifras más altas durante los años de gobierno de Lula da Silva, Cristina Fernández de Kirchner y Rafael Correa.

Todas esas ventas se habrían producido sin el conocimiento de los cubanos, alentados por el régimen a realizar donaciones altruistas, bien para salvar vidas en la isla como para ofrecerla a otros países en casos de desastres humanitarios, silenciando siempre el objetivo comercial.

 

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