La policía cubana y otras autoridades del régimen mantienen su cruzada contra “los delitos y las ilegalidades” en tiempos de coronavirus, la cual exhiben sin pudor en los espacios informativos oficialistas, muchas veces generando en la audiencia efectos contrarios a los que pretenden.
El capítulo más reciente de la “lucha” oficialista exhibida en el noticiero estelar del Sistema Informativo de la Televisión Cubana dio cuenta de la intervención policial en una ferretería privada, a cuyo propietario le fueron incautados los bienes, para luego ponerlo a disposición de la fiscalía.
“El ciudadano encartado se encargaba de suministrar artículos de fabricación industrial a revendedores que operan en la populosa calle Monte. En el operativo policial fueron incautadas más de 600 piezas y artículos, todas de alta demanda y deficitarias en la red de tiendas”, explicó el periodista que conformó el relato, donde se justifica la intervención policial en el hecho de que el propietario no pudo justificar la legalidad de los bienes.
Según el primer teniente Yudelnis Abad Matos, oficial de la PNR en el municipio Habana Vieja, mismo de la ferretería, al amparo de una licencia de trabajador por cuenta propia el ciudadano “no pudo justificar la licitud de los bienes incautados”.
“Se procedió a actuar conforme establece la ley y el ciudadano será procesado por un delito de receptación y puesto a disposición de la fiscalía”, agregó el oficial, al que apenas se le entiende cuando habla.
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Para redondear la intención moralizante del relato, que pocas veces se cumple, ya que estos reportajes de la cruzada antidelito en medio de tanta escasez y penurias generan mayormente miedo y no compromiso ciudadano, el periodista contextualizó que ante el actual escenario epidemiológico y el cierre de establecimientos como medida para frenar la COVID-19 en el país, “ciudadanos inescrupulosos se han dedicado al acaparamiento y la reventa de mercancías a altos precios”.
“Gracias a las denuncias se neutralizan estos hechos que afectan de manera directa a la población”, subrayó, sin cuestionar ni analizar los males de fondo que generan en la ciudadanía prácticas como la intervenida, o las causas de que el trabajo por cuenta propia en Cuba, para existir, tenga que acudir muchas veces a la reventa de bienes comercializados por el Estado.
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En días pasados, el oficialismo presumió en sus medios propagandísticos el desmantelamiento de una “fábrica ilegal” de gelatina en La Habana, la cual no producen las instalaciones del régimen en las cantidades que los cubanos desean. Días antes, expuso la intervención de una fábrica clandestina de losas de piso, a cuyo dueño le decomisaron todos los bienes de producción, los cuales pasaron a una empresa estatal.