El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, envío un mensaje a los cubanos a propósito de conmemorarse este miércoles 20 de mayo el aniversario 118 de la constitución formal de la República de Cuba.
“En el Día de la Independencia de Cuba, reconocemos a los patriotas que lucharon por liberar a Cuba de su opresión colonial y construir una sociedad basada en la libertad. Seguimos apoyando al pueblo cubano en su búsqueda de esos derechos fundamentales y expresamos nuestro compromiso de apoyarlos en su lucha por la libertad y la democracia”, inicia el mensaje del mandatario, publicado en la web de La Casa Blanca y las redes sociales de la embajada estadounidense en Cuba.
“Los Estados Unidos tienen vínculos históricos con el pueblo cubano y se mantienen solidarios con los millones de personas que han huido de la opresión del régimen tiránico de Cuba en busca de una nueva vida. El pueblo cubano merece un gobierno que promueva las libertades individuales, los derechos humanos básicos y las oportunidades de prosperar”, agrega.
“El modelo cubano representa el socialismo fallido, y seguiremos asegurándonos de que Cuba no exporte su represión a ningún otro lugar del hemisferio occidental. Por eso tomé medidas desde el principio de mi administración para implementar una política fuerte hacia Cuba que promueva el respeto por los derechos humanos, los mercados libres y una transición a la democracia en Cuba. Estados Unidos seguirá trabajando con nuestros aliados y socios en el Hemisferio Occidental para llevar estabilidad, libertad religiosa, cooperación y un futuro más libre al gran pueblo de Cuba”.
El mensaje de Trump parece justificar o legitimar su gestión presidencial de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, o al menos responder a cuestionamientos provenientes de parte de la comunidad internacional respecto al cambio que su política hacia la isla representa en comparación con la de su predecesor, Barack Obama, quien inició un deshielo de las relaciones bilaterales en diciembre de 2014.
“Hoy celebramos las muchas contribuciones de los cubanoamericanos a nuestra historia estadounidense y nos comprometemos a seguir trabajando con ellos para asegurar un mejor mañana para Cuba”, concluye el mensaje de Trump.
Para la historiografía oficialista en Cuba, el 20 de mayo no es una fecha digna de conmemorar o celebrar, sino todo lo contrario. Según ésta, ese día nación una república mediatizada, cuya independencia del coloniaje español fue escamoteada por Estados Unidos, quien convirtió a la isla en una “neocolonia”, atada legalmente por disposiciones como la Enmienda Platt.
Pese a ello, según testimonios de la época, el sentir mayoritario el 20 de mayo de 1902 era de júbilo, orgullo y festejo, porque finalmente Cuba se reconocía y proclamaba como estado y nación independiente.
Cierto es que durante años su soberanía fue vulnerada y puesta en entredicho por el actuar injerencista de Estados Unidos y sus embajadores en la isla. Ello consolidó a Cuba como una especie de protectorado estadounidense, lo que, entre otras muchas cosas, motivó la ocurrencia de una revolución en 1959 que se pensaba democrática y popular, pero que terminó consagrando en el poder a una dictadura de más de 60 años. Una dictadura que en sus primeras décadas pasó a ser un protectorado soviético y, tras la desintegración de la URSS, siempre ha requerido del apoyo financiero y la ayuda económica de algún aliado foráneo.