Este martes, a las 4:30 de la madrugada aproximadamente ocurrió el derrumbe de un edificio en La Habana Vieja, entre las calles Luz y Acosta.
Así lo difundió un usuario identificado como Awo Orunmila Ogbe Unle en Facebook, junto a imágenes del lamentable hecho y confirmado por el equipo de ADN Cuba.
Cabe destacar que no hubo muertes ni heridos debido a las horas en que aconteció el siniestro, además de que el edificio estaba deshabitado hace un mes.
El 2 de agosto anterior también se desplomó el techo de la capilla de La Inmaculada, templo ubicado en una concurrida esquina de Centro Habana.
La Iglesia y Convento de la Inmaculada es una institución religiosa católica emplazada en la calle San Lázaro, entre Lucena y Oquendo, muy cerca del hospital Hermanos Ameijeiras.
Muy cerca de allí, murió un empleado de Servicios Comunales el sábado 18 de julio, cuando fue víctima del derrumbe de una pared. El hombre había quedado gravemente herido por la caída, mientras trabajaba, de un muro de un inmueble ruinoso ubicado en la esquina de las calles San Miguel y Belascoaín, también en Centro Habana.
El 23 de julio falleció la anciana María Magdalena Olivares, luego de tres horas atrapada bajo los escombros de su vivienda en la calle Monte 1061 entre Fernandina y Romay en el municipio Cerro (La Habana).
La Habana, ciudad capital y el territorio con mayor densidad poblacional de Cuba, mantiene un déficit de 206 mil viviendas, según las últimas cifras oficiales, dadas a conocer en 2017. Estos últimos años la provincia ha registrado frecuentes derrumbes que engordan las cifras de personas que a la espera de un nuevo techo.
Esta situación se agravó el pasado año con el paso de un intenso tornado que azotó la ciudad y dejó siete muertos, casi 200 heridos, unas 7,800 casas dañadas y más de 10,000 desplazados.
También durante este año tres niñas habaneras perdieron la vida al desprenderse un balcón en la Habana Vieja. Otro derrumbe en marzo dejó un saldo de un muerto y varios heridos.
Las estadísticas oficiales reportan que el 39% de las edificaciones de la Isla están clasificadas en estado constructivo malo o regular y existe un déficit de casi un millón de inmuebles.