Una reciente denuncia del cubano Jesús Javier Basulto, realizada a través del medio independiente La Hora de Cuba, muestra evidencias de que el régimen cubano usó un hotel de la cadena española Iberostar en la provincia de Camagüey como centro de interrogatorios de la Seguridad del Estado.
Se trata del Coral Level at Iberostar Selection Esmeralda, inaugurado en diciembre de 2021, y en el que Basulto trabajó de enero a abril como adiestrado, hasta su despido por negarse a seguir colaborando con la Seguridad del Estado como informante.
Basulto, de 23 años, fue detenido por participar en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021, las mayores contra el régimen de la isla. Según detalló en el testimonio que dio a La Hora de Cuba, compartido por el medio en una serie de tres videos, fue presionado tras su detención para que trabajara como colaborador, a lo que accedió inicialmente, pero luego de un tiempo decidió renunciar.
La Seguridad del Estado del régimen, en complicidad con trabajadores del Coral Level at Iberostar Selection Esmeralda, usó las instalaciones del hotel para interrogar y amenazar a Basulto por su negativa a “seguir colaborando”.
El joven se anticipó a sus represores y logró grabar el interrogatorio, en el que condicionaron su permanencia como trabajador del hotel a que siguiera informando a la Seguridad del Estado y obedeciendo sus órdenes.
“Le dije que no iba a colaborar… No me siento bien colaborando”, se escucha decir a Basulto en la grabación, en respuesta a las preguntas de oficiales de la Contrainteligencia Militar que lo increpaban.
“Tú sabes que si no… a ver, no es un pie lo que te estoy metiendo ni nada por el estilo, pero por lo que tú hiciste, por lo que tú hiciste, aquí no puedes trabajar más. Ahora esto aquí ya es de las Fuerzas Armadas”, le comunicó sin reparos el oficial que, al parecer, llevaba las riendas del interrogatorio.
La grabación de la escena constituye una evidencia contundente de algo harto sabido en Cuba a través de numerosas denuncias y ejemplos diarios de las acciones represivas contra opositores y activistas: el régimen condiciona el bienestar y la estabilidad laboral, familiar y emocional de todo aquel que le resulte incómodo o del cual no obtenga lo que demanda.
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Para el periodista y académico cubano José Raúl Gallego, la evidencia contenida en los materiales compartidos por La Hora de Cuba en la entrevista a Basulto ratifica la veracidad de varias acusaciones importantes contra el régimen cubano y su industria turística.
“Estos hoteles tienen sus propias estructuras represivas”. Los dueños del hotel, las Fuerzas Armadas en palabras del oficial que interrogó a Basulto, “son también los que se quedan con el dinero de cada turista que va a vacacionar allí”, afirmó Gallego en un hilo en Twitter.
“Cada extranjero o cubano en el exterior que decida viajar a Cuba y hospedarse en estos hoteles, debe saber no solo que su dinero contribuye a financiar la represión del pueblo de Cuba, sino también que se está hospedando en instalaciones que son empleadas como centros de interrogatorios, amenazas y torturas psicológicas, que tienen dentro del propio hotel personal dedicado exclusivamente a la represión, como ellos mismos dicen en el video”, agregó.
El caso de Basulto, ponderó Gallego, demuestra también que los empleados de los hoteles en Cuba son “rigurosamente seleccionados y algunos coaccionados para cumplir las misiones que les dan los militares, que pueden incluir la vigilancia de los propios huéspedes”.
“Todo esto lo saben de sobra las empresas extranjeras como Meliá e Iberostar, que no solo acceden a que sus trabajadores sean explotados por el Estado cubano como empleador, sino que colaboran con esta forma de represión más vulgar”, concluyó.
