Un artículo publicado esta semana en la revista JAMA Neurology, sobre extraños síntomas de un viajero que regresó a Canadá desde Cuba, hizo saltar las alarmas sobre “peligros” de hacer turismo en la isla que atraviesa un rebrote de la COVID-19.
Sin embargo, la funcionaria del régimen Josefina Vidal, a cargo de la representación diplomática cubana en Canadá, se apresuró a reafirmar a la isla como “destino seguro”, el slogan oficial para instar a los viajeros que gasten sus divisas en el país caribeño, ahora mismo sumido en un rebrote de coronavirus.
El texto “Daños neurológicos en paciente que regresó de Cuba”, publicado este martes 8 de septiembre y citado por la cadena canadiense CTV News, refiere que una mujer de 69 años al regresar de Cuba presentó “debilidad generalizada, aumento de la sudoración, náuseas intensas y vómitos”, entre otros extraños síntomas.
Tras analizar el espectro de signos y síntomas los investigadores medicos que evaluaron a la señora de 69 años llegaron a la conclusión que se trataba de un cuadro de intoxicación por organofosforados.
La evaluación mostró un cuadro clínicamente significativo de síntomas de posconmoción cerebral tras realizar varias pruebas y "esto fue consistente con los síntomas neurocognitivos previamente reportados entre diplomáticos estadounidenses y canadienses en Cuba", explicaron los investigadores canadienses.
El desempeño de la señora en las pruebas cognitivas mostró problemas de atención, función ejecutiva y memoria. No pudo completar las pruebas de memoria de trabajo espacial y calidad de la toma de decisiones".
Al estudiar a la paciente 5 meses después de la presentación del cuadro clínico inicial se encontró además una vestibulopatía (enfermedad otorrinolaringológica poco frecuente) y un deterioro significativamente parecido al encontrado entre los diplomáticos estadounidenses y canadienses en La Habana que sugirió tanto neuropatía auditiva como una lesión central que involucraba el tronco encefálico parecida a la presentada por los diplomáticos.
Sin embargo, la embajadora castrista en aquel país, respondió que la persona estudiada habría viajado antes de la pandemia y que la prestigiosa revista “adelanta un estudio aislado”, con una teoría similar a otras que ya han sido manejadas en torno a una posible intoxicación por exposición a pesticidas, la hipótesis aceptada por Cuba para explicar las afectaciones diplomáticos canadienses y norteamericanos en el misterio conocido como “Los ataques sónicos”.
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“Cuba ha sido y sigue siendo un destino seguro para los turistas de todo el mundo, incluyendo a los canadienses, quienes históricamente han demostrado su preferencia por una isla que les ofrece, no solo bellezas naturales, una rica cultura y un pueblo cálido y acogedor, sino seguridad”, aseguró la embajadora Vidal, con la vocación publicitaria que el gobierno desarrolla en sus funcionarios.
Cubadebate y otros medios de propaganda oficial, replicaron palabras de la diplomática, quien aseguró que “los canadienses acaban de ratificar su confianza en el destino Cuba”, y para emitir ese criterio tan absoluto se basó en que la isla abrió nuevamente a partir de este mes de septiembre los cayos al norte del país, a donde ya arriban vuelos desde Canadá.
Según el régimen que no quiere perder un solo dólar, los turistas son hospedados en instalaciones certificadas y con estrictas medidas higiénico-sanitarias en vigor frente a la COVID-19.
El destino turístico Jardines del Rey, uno de los más importantes de Cuba, recibió el 4 de septiembre el primer vuelo de turistas de Montreal, Canadá, con un centenar de pasajeros, según la oficialista Agencia Cubana de Noticias.
