La empresa de ciclos Minerva, en la provincia Villa Clara, volverá a la producción de bicicletas mecánicas, una alternativa al transporte automotor que se popularizó en Cuba con la crisis económica de los 90.
Después de varios años fuera del mercado en moneda nacional, la fabricación de 6270 bicicletas mecánicas devolverá a las calles el producto más conocido de la empresa Ángel Villarreal Bravo (Ciclos Minerva), según informó a Vanguardia David Rodríguez Seijas, director adjunto de la entidad.
Financiada por el presupuesto del Estado, la iniciativa surgió del Ministerio de Transporte como alternativa ante la escasez de combustible, que limita el transporte público en el país.
Madeleine Vargas Chinea, directora de la UEB Empresa Industrial de Equipos y Servicios Asociados (EIESA), precisó que esta producción tendrá un destino social, con preferencia para las universidades.
Sin embargo, la empresa no está seguro de cumplir incluso con esa cifra, debido a la escasez de piezas y materia prima para la producción.
Resulta que los directivos se quejan del poco margen comercial que tiene la industria, pues la importación de piezas ahora la deben hacer a una tasa de 1 dólar por 24 CUP y, además, el salario de su fuerza laboral aumentó.
Durante el conocido como “periodo especial”, tras la caída del campo socialista y el fin de las subvenciones de la URSS a su pequeño aliado en el Caribe, la economía cubana calló estrepitosamente; entre los sectores más afectados estuvo el transporte.
Cuba importó bicicletas chinas, que se convirtieron en un alivio para las familias, a falta de otros medios de transportación. La bicicleta pasó de medio de transporte a modo de vida, y el gobierno la utilizó como premio para estimular a los trabajadores estatales que lograban ciertas metas productivas.