Mientras que la mayoría de los cubanos residentes en la isla apenas encuentran las vías para encontrar alimentos y abastecer a sus familias, los descendientes de la cúpula militar del régimen amplían sus negocios en la capital del país.
Durante la crisis generada por la pandemia del coronavirus los servicios que ofrecen los establecimientos estatales y particulares quedaron interrumpidos. A partir de inicios de julio con la desescalada post COVID-19 en el país, algunos comenzaron a reabrir, aunque con las nuevas medidas restrictivas por rebrotes vuelven a quedar limitadas las operaciones en la mayoría de las entidades.
No obstante, a inicios del mes anterior, la familia del General de División Ulises Rosales del Toro -hasta el 2011 Miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba-, anunció la reapertura de algunos de sus negocios.
Raúl Rosales, descendiente del militar cubano conocido como General Moringa por sus funciones a cargo del Programa de Plantas Proteicas (para muchos la botella de su impuesto retiro), publicó en su perfil personal en Facebook:
“Luego de mucho tiempo, La Lavandería MaZ LIMPIO está de vuelta. Calle 13E/76 y 78 #7615. Playa”.
En una de las imágenes compartidas en la publicación se anuncian todos los servicios que ofrecen de lavado, secado y planchando, los cuales según indican por lavadora + secado tienen un costo de 100 pesos y otros con mayor “complejidad” ascienden a los 180 pesos.
Se observan cerca de una decena de lavadores automática disponibles para el negocio. Mientras, recientemente en la isla “socialista”, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), fundada por la ex esposa del general Raúl Castro –la ya fallecida Vilma Espín–, por sus 60 años de creación inauguró un “lavatín comunitario” emplazado en una vivienda del municipio San José de las Lajas, capital de la provincia Mayabeque, con la diferencia de que apenas tiene una lavadora instalada y semiautomática.
Raúl Rosales continúo divulgando los negocios de la dinastía militar de Rosales del Toro, y a mediados de julio también anunció la apertura de una de las guarderías que opera esta familia.
“La Guardería Dulces Sueños está de vuelta, ahora en un nuevo local en el Vedado habanero. 5ta e/D y E #258.Vedado, Habana”, publicó en Facebook, junto a las imágenes de cómo quedó el nuevo local y etiquetando a Zulema Rosales, una de las hijas del General Moringa. Las guarderías de los Rosales del Toro tienen un costo mínimo del equivalente a 85 dólares.
Así son las asimetrías en la sociedad cubana. Mientras durante décadas la mayoría de cubanos apenas pueden resolver la burocracia y trabas del régimen para establecer sus negocios y obtener ganancias, los familiares de la alta élite de los dirigentes cubanos multiplican sus ganancias y no lidian con los impedimentos legales y habituales cuestionamientos de los funcionarios del desgobierno de la isla.