Odalis Estévez Salazar solo ha podido ver a su hijo, detenido el 11 de julio, el día del segundo proceso penal. Es otra de las madres que no ha sido escuchada por el castrismo.
“Lo vi a un metro y algo de distancia, no pude tocarlo, no pude darle un beso. Ya hace un mes que está detenido. Estoy sufriendo demasiado, no sé con quién hablar. Con mi hijo se ha cometido una injusticia muy grande”, contó.
Yunior Villarejo Estévez de 30 años fue condenado, por segunda vez, este 10 de agosto en un juicio de apelación a 10 meses de privación de libertad por participar pacíficamente en las protestas del domingo 11 de julio.
Sobre Villarejo Estévez y otros detenidos pesa la arbitrariedad de un régimen que opera desde la impunidad y se ha ensañado contra los ciudadanos para ejemplarizar y paralizar así otra ola de manifestaciones en respuesta a la crisis económica, social y sanitaria que viven los cubanos.
El domingo 11 de julio de 2021 Villarejo Estévez fue uno de los blancos al azar de la represión policial. Él junto a otros jóvenes que se sumaron a la manifestación gritó “Patria y Vida”.
Un vídeo que circula en redes muestra, en las calles Belascoaín y Reina en Centro Habana, como varios agentes vestidos de civil se aglomeran sobre Yunior para violentarlo, uno de ellos lo toma por el cuello, mientras se escuchan voces que lo reconocen entre la multitud.
Luego lo cercan y comienzan a golpearlo, impidiendo que otros llegaran a defenderlo.
Su madre Odalis Estévez Santana ha revivido esas imágenes miles de veces. Ha visto caer toda la violencia de un gobierno sobre su hijo:
“Es abusivo lo que han hecho con Yunior, lo golpearon por el estómago y en la cabeza. Es muy duro para una madre estar en esta situación”, contó en entrevista con ADN Cuba.
¿Qué ha pasado en el caso de Villarejo Estévez?
Ese día con Villarejo Estévez se manifestaba Raúl del Río Nogués, de 75 años, su padre de crianza, quien también fue arrestado de manera violenta.
Ambos fueron trasladados hacia la estación policial ubicada en la calle Zanja. Luego los llevaron hacia la prisión en 100 y Aldabó. Durante nueve días estuvieron recluidos allí y los dos fueron enjuiciados en juicios sumarios sin garantías procesales el 20 de julio. Del Río Nogués fue condenado a un año de prisión domiciliar y aún no tiene los documentos que avalan esa pena, aunque haya ido en tres ocasiones a buscarlos al Tribunal Municipal de La Lisa, sus papeles aún no están disponibles.
A Villarejo Estévez lo recluyeron entonces en la cárcel de Valle Grande y su familia no le vio más hasta el día del segundo juicio, el de apelación.
El joven contrajo el coronavirus estando en prisión. En el hospital Salvador Allende de La Habana, conocido como La Covadonga, estuvo aislado seis días mientras padecía la enfermedad.
Entre las pruebas que presentó al abogado están los videos que muestran la represión contra su hijo; pero esa evidencia no fue empleada en el juicio.
Villarejo Estévez es padre de un bebé de solo 11 meses que actualmente crece sin su padre por una condena injusta.
“Ni siquiera le cambiaron el fiscal, fue el mismo que estaba en el juicio sumario. En el juicio cuando el abogado enseñó la foto del bebé, empezó a llorar, está loco por ver a su hijito”, sentenció Estévez Salazar.
Hasta la fecha a la familia solo se le ha permitido llevarle productos de aseo y escucharlo en las ocasiones que le dejan llamar de 10 a 15 minutos.
La ONG Cubalex ya suma en su listado más de 800 detenidos y desaparecidos durante las protestas que comenzaron en Cuba el domingo 11 de julio.