¿Qué es más dañino: alcohol, marihuana o castrismo?

Mientras muchos países del mundo avanzan hacia la legalización de la marihuana o su uso con fines medicinales y terapéuticos, en la Cuba castrista, país conservador donde los haya, se alejan cada vez más de cualquier flexibilización en ese polémico asunto
Collage de imágenes de botellas de ron, hoja de marihuana y Raúl Castro junto con Díaz Canel. Fotomontaje: ADN Cuba
 

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Mientras muchos países del mundo avanzan hacia la legalización de la marihuana o su uso con fines medicinales y terapéuticos, en la Cuba castrista, país conservador donde los haya, se alejan cada vez más de cualquier flexibilización en ese polémico asunto.

El 9 de julio del 2020 se publicó en la Gaceta Oficial, y por tanto tiene carácter legal, la Resolución número 23 del 2020, emitida por el Ministerio de Salud Pública (Minsap), que endurece aún más la política contra la marihuana en el país.

En el documento se dice que, ante el aumento de la legalización en el mundo y el consumo, “se hace necesario” en la isla la “prohibición de la importación, tenencia, transportación y exportación con fines terapéuticos o recreativos de la planta Cannabis (marihuana)”.

Con esto, el régimen de la isla se reafirmó en la total condena del cannabis y sus derivados, lo mismo por cubanos que por viajeros extranjeros, aun cuando se tengan prescripciones médicas que la receten con fines terapéuticos. Y lo que es peor y más absurdo: arremeten contra la propia imagen de la planta y quienes la usen en prendas o tengan literatura referida al tema, podrían ser penalizados.

El documento ha provocado polémicas y análisis en las redes sociales, donde se refiere como otra evidencia del conservadurismo y la persecución del pensamiento que sufren los cubanos en dictadura.  

“Solo un régimen retrógrado puede extender su histeria punitiva más allá de la tenencia y el consumo de una sustancia. Esto no es una ley, es esquizofrenia en su estado más puro”, opinó el poeta y periodista independiente Jorge Enrique Rodríguez.

La Gaceta de Cuba informó que de ahora en adelante se prohíbe importar, tener, transportar o exportar bebidas, alimentos, materiales, bibliografía, propaganda, bienes, objetos, parafernalia, cigarrillos electrónicos o cualquier otro insumo que incite, estimule o propague el uso de marihuana, y otros arbustos como la coca y yagué. Además, flores, semillas, productos o sustancias, componentes derivados de estos, que produzcan efectos similares a las drogas, ya sea medicinal o recreativo, aunque estos no contengan en sí los principios activos de la droga o sustancia que represente o haga alusión, pero que la incitación, el estímulo o la propaganda en su conjunto se consideren nocivos para la salud humana.

Rodríguez cuestiona que semejante estigma no se lance oficialmente sobre otras drogas, que, aunque lícitas, son devastadoras para el ser humano, como el alcohol.   

“En marzo de 2018, especialistas en publicidad de la cadena (de televisión estatal) RTV Comercial se presentaron en varios preuniversitarios habaneros como parte de una campaña contra las drogas. Dicha campaña incluía una especie de sorteo entre los estudiantes. El premio consistía en disfrutar una semana en una base de campismo popular y... ¡¡¡¡¡cuatro cajas de cerveza Bucanero!!!!!!”

En su perfil de Facebook, el periodista de Diario de Cuba y corresponsal del periódico español ABC, propuso: “Mi campaña personal es simple: el Ministerio de Salud Pública tiene que demostrar, científicamente, que el cannabis es más dañino que el alcohol”.

 

 

Opina que en la resolución mencionada no se demuestra tal cosa, por lo que él está “en desacato”.

“Una cosa es penalizar el consumo [o la tenencia] y otra muy distinta prohibir el uso de un pullover, fosforera, gorra, pañuelos, etcétera”, argumentó.

Otros cubanos, como Arian Lázaro Cruz Álvarez, defienden el consumo responsable de marihuana. “Tu comunismo sí es nocivo [;] esto no cara de perga”, escribió Cruz Álvarez al compartir una imagen en un sembrado de cannabis.

“Los problemas están en tu cerebro si piensas que fumar nos hace delincuentes o peores personas ni mucho menos llevar su simbología, porque algo si te digo: el enfermo aquí eres tú”, emplazó al régimen castrista. Su opinión la publicó con los hashtags #LLevarUnSImboloNoEsDelito, #EngañarUnPuebloEsDelito, #RobarUnPuebloEsDelito, #laCorrupcionEsDelito, #ElAbusoDePoderEsDelito y #TuRevoluciónEsDelito.

Por su parte, Boris Milián Díaz apoya la idea de que la #MarihuanaEsSalud y pidió #LegalizaciónAhora.

 

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