Prisioneras cubanas procesan alimentos para la exportación

Reclusas del penal Ceiba IV, en Caimito, trabajan en una minindustria de Artemisa que produce algunos alimentos para la exportación y la Mesa Redonda exhibió como "exitosa"
Reclusa trabaja en el troceado de viandas
 

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Prisioneras cubanas del penal Ceiba IV, ubicado en Caimito, provincia de Artemisa, trabajan en una unidad productora de alimentos para la exportación, esos que no se ven en la mesa del cubano, más aún en estos tiempos de coronavirus y una escasez más generalizada de lo que se acostumbra.

Las reclusas trabajan por un salario básico, inferior al del resto de los trabajadores de la unidad. Del aprovechamiento de su fuerza de trabajo se conoció en el programa castrista Mesa Redonda de este miércoles, donde uno de los Ministerios sin sustento en la realidad cubana, el de la Industria Alimentaria, tuvo la voz cantante con la presentación de nuevas aportaciones para el consumo de los cubanos, entre ellas las croquetas y masas procesadas de gallinas decrépitas.

En un reporte emitido en el programa, se expuso que internas del referido penal están insertadas en la cadena productiva de una “exitosa” minindustria artemiseña, que cada día produce entre dos o tres toneladas de productos como mermeladas, jugos, dulces y troceados de viandas, algunos de ellos para la exportación.

Las prisioneras trabajan en el área de troceado de viandas, que se vende al Mariel. Según una de ellas, allí les dan “un trato igualado al de las civiles”. “El salario es básico, nos tratan igual y nos dan derecho a la feria”, alegó la interna entrevistada.

El régimen suele ocupar población privada de su libertad en las labores de varios de sus proyectos priorizados, fundamentalmente en la esfera de la construcción. A juzgar por el caso artemiseño, también se está haciendo lo mismo en proyectos encaminados a su iniciativa de desarrollo local, esa que nunca se entiende bien dadas las numerosas restricciones e impedimentos que existen en las leyes del país.

La ocupación de reclusos en menesteres productivos no es exclusiva de Cuba ni está mal por sí misma. Lo que más llama la atención al respecto en el reporte es que la interna entrevistada considere digno de destaque el hecho de que se le trate igual que al resto de los trabajadores de la unidad; un claro ejemplo de cómo los cubanos no conocen sus más elementales derechos humanos, aún si están privados de su libertad por motivos justos.

En cuanto a la “minindustria” como tal, llamativo resulta el hecho de que produzca conservas y productos que los cubanos de a pie no ven pasar con la abundancia necesaria por sus barrios o meses desde hace tiempo, más aún en estos tiempos de escasez generalizada de alimentos.

“Una minindustria que in estar al máximo de su capacidad aporta los ingresos de la unidad y propone nuevas ofertas a los artemiseños”, sostuvo el reporte, en otra burla más de la prensa oficialista al sentido común y las necesidades de la población de la isla.

 

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