Recientemente la periodista cubana Dalia Acosta fue testigo de un acto de violencia machista en las calles de la capital. Se trata de una golpiza a una mujer en las cercanías de la calle Bellavista, en la zona conocida como El Canal. En el sitio, según denuncia la corresponsal quien además es que coordina la campaña Somos Más contra la violencia de género en Cuba, "al fondo de un callejón, tras la vegetación, ví al hombre arrastrando a la mujer por la cabeza. Me sumé al coro, reté a otros hombres, grité no van a hacer nada".
Durante el transcurso de los hechos uno de los maestros de la escuela primaria Miguel Figueroa que se encuentra cercana al sitio, trató sin mucho éxito que las niñas y niños reunidos en el patio entraran a la escuela, para que no vieran lo que estaba sucediendo. "Lo vieron todo o vieron fragmentos...más que suficiente. Después supe que entre el alumnado estaba la hija de la víctima y que, al parecer el desencadenante de esta explosión fue que la mujer tenía a su hijo más pequeño cargado y su pareja, padre de sus hijos, no quería que lo cargara." expone en su post.
Explica además que esta no es la primera vez que esta mujer ha sido víctima de violencia doméstica y que a pesar de que la comunidad lo sabe, siempre su marido la ha golpeado dentro de la casa, por lo cual nadie se mete. En esta ocasión el incidente llegó a males mayores internando a la mujer en el hospital y - según explica- ayer en la tarde estaba entre la vida y la muerte.
La policía al llegar al lugar de los hechos encontró un machete ensangrentado, pero no encontró al victimario. Espero lo persiga, lo encarcele y se haga justicia. Desde ese momento, no hago más que preguntarme si los hombres, paralizados por su machismo ancestral, contemplaban sin hacer nada para salvarla, por qué las mujeres no lo enfrentamos -se cuestiona-
La periodista comenta sobre la ejecución de soluciones educativas en ese barrio, en esa escuela, con esos niños y niñas quienes ven este tipo de hechos como normales. "Me pregunto una y otra vez cuánto debemos esperar para tener una ley específica contra la violencia de género y un sistema integral de atención a las mujeres víctimas, incluidos los refugios. Si esa mujer sobrevive, a dónde regresa, a la misma vivienda que comparte con ese hombre? Qué más hace falta para que se entienda que no es un problema aislado, que las mujeres están muriendo y, que no es necesario morir, basta con el sufrimiento diario por el abuso cotidiano. Los hombres no son nuestros dueños, deberían empezar a entenderlo desde que nacen" -asevera en su post-
Posteriormente varias personas comentaron la publicación solidarizándose con la situación y cuestionándose cómo este tipo de acciones tienen lugar aún a estos niveles tan horrendos
