El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, siglas en inglés) pidió el “cese inmediato” del acoso contra el periodista independiente Abraham Jiménez Enoa, sometido a un interrogatorio degradante por las fuerzas del régimen cubano.
“Exigimos que se les permita a Jiménez Enoa y a todos los demás periodistas ejercer la profesión libremente en Cuba”, añadió la organización. Además, envió un correo electrónico al Ministerio del Interior para obtener una declaración, pero no recibió respuesta.
El 2 de octubre, agentes de la Seguridad del Estado vestidos de civil hicieron desnudar a Jiménez para registrarlo, lo esposaron y lo llevaron a la sede del organismo, donde lo interrogaron casi cinco horas y lo amenazaron, antes de soltarlo, según informaciones de prensa y declaraciones del propio Jiménez, quien conversó ayer con el CPJ por vía telefónica.
Jiménez, uno de los fundadores de la revista de periodismo literario digital cubana El Estornudo, tiene una columna mensual en la edición en español de The Washington Post y en la revista noticiosa regional Gatopardo, donde principalmente escribe sobre la vida en Cuba.
Durante el interrogatorio, los agentes le advirtieron en específico a Jiménez que enfrentaría represalias en forma de un proceso judicial y acciones contra sus familiares si continuaba publicando sus trabajos en The Washington Post, declaró Jiménez.
El reportero ha sido detenido, interrogado y amenazado en varias ocasiones por la Seguridad del Estado. En entrevista concedida a ADN Cuba en agosto, declaró: “Yo no quiero derrocar al gobierno, mi misión es pintarle el rostro”.
A diferencia de otras naciones, en Cuba no existen asesinatos de periodistas, pero sí la persecución, el hostigamiento y hasta la encarcelación de quienes difieren continuamente de la agenda política de los medios oficiales.
El joven periodista está “regulado” por el departamento de Seguridad del Estdo cubano desde hace años, que le impide salir del país al menos hasta junio del 2021.
La excusa oficial es que Jiménez Enoa tuvo “acceso a información clasificada en el departamento del Minint donde laboraba”, algo negado por el reportero, quien explica que “todo mi trabajo allí siempre manejé información pública” y consistía en archivar recortes de prensa oficial con propaganda favorable a la institución policial.
Es muy crítico con los medios de comunicación estatales: “Ni siquiera yo le llamaría periodismo [a lo que hacen] porque es una total falta de respeto a la profesión. El periodismo va de contar una realidad, un país, y ellos están contando otro. De ahí la importancia y la preponderancia que se están ganando los nuevos medios independientes”.
Desde junio, integra el staff de colaboradores de The Washington Post, el más antiguo diario de la ciudad estadounidense.
“En un artículo mensual, Jiménez Enoa ofrecerá información enfocada en los principales temas sociales y políticos en Cuba. Sus colaboraciones previas para Post Opinión han explorado el impacto del coronavirus en la economía cubana y el alcance de la censura del gobierno durante la pandemia”, explicó el medio de comunicación al dar la noticia.
Entre los casos que el CPJ ha documentado sobre detención arbitraria e interrogatorios de periodistas por parte de las autoridades cubanas se encuentra el de Yadisley Rodríguez Ramírez. Cuba ocupó el décimo puesto en la relación del CPJ sobre los 10 países con los mayores niveles de censura en 2019, el único país de las Américas que figuró en la lista.