El periodista Lázaro Barredo Medina, pertinaz defensor del régimen castrista y crítico del exilio cubano, murió en La Habana este martes 5 de agosto, según informó el diario Granma que dirigió del 2005 al 2013.
En una nota del periódico del Partido Comunista de Cuba (PCC), se explicó que Barredo “falleció a causa de una afección cardiovascular” a sus 72 años de edad.
Lázaro Barredo fue uno de los periodistas más cercanos al gobierno de Cuba. Más que su escasa habilidad como redactor y reportero, fue su concepción ortodoxa de la política y la comunicación y sobre todo la lealtad al Comité Central de PCC, las cualidades que fueron recompensadas con importantes puestos de dirección en la prensa de propaganda.
Además de sus ocho años al frente del Granma, recordado por colegas como uno de los períodos más oscuros de ese libelo –que ya es mucho decir–, fue subdirector del diario Juventud Rebelde, de la Unión de Jóvenes Comunistas y fundador y comentarista habitual del programa televisivo Mesa Redonda.
Además, fungió de vicepresidente en la oficialista Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en el año 1986, columnista de política internacional en el periódico Trabajadores, y terminó sus días como redactor raso en la revista Bohemia.
Barredo exhibió su ideología profundamente conservadora y procastrista en todo momento de su carrera, desde que era un corresponsal en la provincia de Matanzas hasta sus últimos meses en Bohemia. En su último artículo publicado este 31 de julio, “Los anexionistas están alebrestados”, criticó sin nombrar explícitamente a sectores de la oposición en el exilio, y defendió las últimas políticas económicas de la dictadura:
“... La campaña [de Estados Unidos] no puede ocultar que la dirección revolucionaria, una vez más, estableció la estrategia de proteger los servicios vitales de la población y asegurar los objetivos priorizados, para buscar salidas en condiciones realmente extraordinarias sin hacer concesiones en los principios de soberanía e independencia”.
También se exhibió como un contumaz reaccionario en su puesto de Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), desde 1993 hasta la pasada legislatura, impulsando o apoyando toda política discriminatoria de Fidel y Raúl Castro, y del designado presidente Miguel Díaz-Canel. Lo escogieron como delegado al VI Congreso del Partido Comunista.
El diario Granma reseña que Barredo, “fiel a su Revolución, en 1959 se alistó en las Patrullas Juveniles, y siendo aún adolescente ingresó en las Milicias Nacionales Revolucionarias”.
Participó en una operación de “asesinato de carácter” junto con la también periodista del régimen Arleen Rodríguez Derivet, cuando ambos firmaron un libro escrito contra Elizardo Sánchez, opositor y fundador de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
El diario independiente 14ymedio recordó, a propósito de la muerte de Barredo, que este “se destacó especialmente durante la Primavera Negra de 2003 que llevó a prisión a 75 opositores y periodistas independientes. Frente a las cámaras de la televisión nacional (…) arremetió en contra los disidentes y pidió castigos ejemplarizantes”.