Murillo esconde el tipo de cambio tras unificación monetaria: "Nadie en el mundo lo dice"

El zar de las tibias reformas económicas iniciadas por Raúl Castro anticipó que la unificación monetaria conllevará a una devaluación del peso cubano, pero omitió decir a voluntad cuál sería la tasa de cambio
Marino Murillo
 

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El jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del único partido reconocido legalmente en Cuba, Marino Murillo, anticipó que la unificación monetaria en la isla conllevará a una devaluación del peso cubano y omitió decir cuál sería la tasa de cambio que se establecerá respecto a las divisas extranjeras.

Participante junto al ministro de Economía del régimen, Alejandro Gil, en la edición de este martes 13 de octubre del programa castrista Mesa Redonda, Murillo pidió al servicial y complaciente Randy Alonso, director del espacio, así como a la audiencia, no enojarse por el hecho de que no explicitaría cuál sería el tipo de cambio tras la devaluación.

Nadie lo dice en el mundo. Nadie anticipa el tipo de devaluación. En su momento se va a decir todo, se limitó a decir Murillo, referido muchas veces en la prensa independiente e internacional como el zar de la economía cubana y sus tibias reformas económicas iniciadas en 2008, por mandato de Raúl Castro.

Desde el inicio de la Mesa el funcionario advirtió tajantemente que no daría fechas exactas, sino que se dedicaría a “informar a la población sobre este proceso complejo”.

Quería trasladar lo complejo que es este proceso, que lleva cuatro cosas: quitar una moneda, resolver las diferencias de tipo de cambio, eliminar subsidios y gratuidades gradualmente y hacer una reforma de salarios. Sólo hacer una reforma de salarios es un problema, subrayó.

Con su participación en el programa, Murillo y Gil al parecer buscaban la comprensión de la sociedad y todos aquellos preocupados por cómo será el proceso y cuánto afectará o incidirá realmente en su día a día, de por sí agobiante por los escasos ingresos de la mayoría de los cubanos y una escasez cada vez más aguda.

“Unificar los tipos de cambio lleva hacer una devaluación. En cualquier lugar del mundo una devaluación genera presiones sobre el sistema empresarial y obliga a ser más productivos”, anticipó Murillo, que negó que el régimen acudiese a terapias de choque que obligan a ser eficientes so pena de caer en quiebra y desempleo, aunque reconoció indirectamente la alta probabilidad de que pase a muchos.

El día que se ordene la unificación monetaria el gobierno dará un plazo razonable para que los consumidores cambien sus CUC por pesos cubanos, recalcó Murillo, que además definió que sería un plazo no menor a seis meses. Durante ese tiempo, el cambio se mantendrá igual, en el orden de los 24 y 25 pesos cubanos por CUC.

El proceso no tendrá vuelta atrás el día que se decida, agregó, y adelantó que provocará un alza acumulativa de los precios, es decir, inflación: todo va a subir de precio, para decirlo más claro. 

Como respuesta, el régimen prepara un aumento salarial que, de ser cierto, permitiría palear hasta cierto punto el aumento de los precios.

Este miércoles en la Mesa Redonda los funcionarios del régimen volverán a tratar la “compleja situación” de la unificación monetaria, aunque Murillo fue enfático el martes en que tampoco daría cifras ni fechas claras.

 

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