Palabras y más palabras: régimen se niega a dar fecha sobre unificación monetaria

Dos horas de interminables explicaciones para no decir nada en concreto. "Hay planes, seguiremos informando sobre esta compleja situación", dijo Marino Murillo en la Mesa Redonda
Régimen se niega a dar fecha sobre unificación monetaria
 

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Muchos cubanos esperaban la Mesa Redonda de este 13 de octubre pensando que, al fin, el régimen anunciaría el día exacto en que ocurriría la unificación monetaria. Y el régimen hizo justo lo que acostumbra a hacer: dos horas de interminables explicaciones para evitar ese momento clímax.

En efecto, el jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, Marino Murillo, quien protagonizó el programa, casi desde el inicio advirtió tajantemente que no daría fechas exactas, sino que se dedicaría a “informar a la población sobre este proceso complejo”.

¿Los jerarcas del régimen planean de veras la tan anunciada unificación monetaria o esto es otra cortina de humo para hacer creer a los cubanos que están trabajando en serio? Nadie puede saberlo con certeza. Dios te salve, lector, de prólogos largos: al grano.

Entre lo poco salvable está el “plan” del gobierno: unificación monetaria, ajuste cambiario, devaluación del peso cubano y una reforma salarial. Todas son medidas que deben ir juntas, para evitar una debacle económica —otra más, si cabe.

El día que se ordene la unificación monetaria el gobierno dará un plazo razonable para que los consumidores cambien sus CUC por pesos cubanos; Murillo habló de un plazo no menor a seis meses, que puede aumentarse. Durante ese tiempo, el cambio se mantendrá igual, en el orden de los 24 y 25 pesos por CUC.

El proceso no tendrá vuelta atrás el día que se decida, agregó, y provocará un alza acumulativa de los precios, es decir, inflación: todo va a subir de precio, para decirlo más claro. Como respuesta, el régimen prepara un aumento salarial que, de ser cierto, permitiría palear hasta cierto punto el aumento de los precios.

El cambio hará que algunas empresas del Estado tengan pérdidas. Aseguró que el régimen financiaría esas pérdidas para mantener el empleo, sobre todo si son productos “prioritarios”: abastecimientos de productos básicos como alimentos e higiene doméstica.

Algunos precios serán centralizados, es decir, se los controlará, sobre todos los que afectan a la canasta básica. Otros, además de centralizados, se mantendrán subsidiados. ¿Cuáles exactamente?, no dijo, pero mencionó los productos de la libreta de abastecimiento y la leche de los niños.

Para mañana 14 de octubre el régimen promete otra Mesa Redonda donde continuará explicando la “compleja situación” de la unificación monetaria. Dejó claro que tampoco daría cifras ni fechas claras.

Cabe hacer un elogio de Murillo: a pesar de sus evasivas, al menos fue sincero en que su tarea era explicar un asunto delicado sobre el que él no tiene la última decisión, pues esa compete a sus jefes, quienes lo deciden todo en Cuba.

Y también explicó algunas consecuencias indeseables de toda unificación monetaria, especialmente, la inflación, que afecta al consumidor, reduce su capacidad adquisitiva y genera más desigualdad. Habrá que esperar a ver si tantos “anuncios” se convierten en realidad.

 

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